Fernando Galiano, sentado en el banquillo del CF Sierra de Segura, en el "Montizón"

Fernando Galiano Plaza (Cazorla, 1963). Exjugador de fútbol y entrenador. Galiano ha tenido una carrera, como futbolista, breve pero muy intensa. Se retiró con 26 años y un baúl lleno de experiencias. Las circunstancias que rodearon su vida como jugador de fútbol, marcan dos signos muy claros, su indudable calidad y un punto de infortunio que, sin duda, le impidió alcanzar metas para las que, por condiciones, estaba llamado. Extremo zurdo con vocación goladora. Espigado, buena estatura y conocedor del juego aereo, una garantía en ataque. Su historia, que nos cuenta con detalle en esta entrevista, es un compendio de todo lo que tiene el fútbol y que lo hace tan especial. Con el paso del tiempo hemos visto, a base muchas charlas con el protagonista de nuestra conversación, como este jugador llamado al éxito, pasó a ser entrenador y a demostrar con ascensos y buenas clasificaciones que el fútbol se lleva dentro. Sigue unido a este deporte y dejando todo lo aprendido para que los que llegan, puedan beneficiarse de su experiencia. Su hijo, Fernando, tambièn es futbolista y como padre le gustaría verle jugar lo más alto posible pero, sobre todo, quiere que sea feliz. Fernando Galiano, además de todo lo vivido y lo ganado, tiene el título más importante que concede el fútbol, el del cariño y el respeto de la gente con la que ha compartido el tiempo del balón. Ese título lo tiene Fernando, por derecho propio, en su vitrina.

Cazorla ha sido tu cuna en todos los sentidos…

Si, allí nací y empecé a jugar en el equipo de mi pueblo, la UD Cazorla, desde muy joven. Antes de cumplir los quince años entrenaba con ellos, muy mayores que yo todos, y cuando los cumplí ya me hicieron ficha del primer equipo. Allí empezó todo. Fue entonces cuando me dí cuenta de que el fútbol iba a ser importante para mí, era mi ilusión. Creo que veía, también, que tenía cualidades y eso me animó mucho a entrenar y a empezar a pensar como futbolista.

No tardó mucho tiempo en pasar el primer tren de tu vida y no fue un tren pequeño…

Tenía 17 años y, a través de Julio Fernández “Chicote”, que tenía una excelente relación con el Real Valladolid porque él era de allí, me ofrecieron, junto a otros dos compañeros de Cazorla, hacer una prueba. Estuvimos varias semanas en Valladolid. Nos trataron muy bien. Teníamos nuestro hotel, un resturante donde hacíamos las comidas y nuestro trabajo era entrenar cada día en un campo anexo al del primer equipo. Era el Valladolid de Moré, Gilberto, Miguela…

Pasado el periodo de prueba me comunicaron que querían que me quedara con ellos y ahí aparecienron mis dudas…al final yo lo que quería era volverme con mis amigos al pueblo y eso fue lo que hice. Las cosas en aquellos tiempos no eran fáciles y creo que me pudo la inexperiencia y quizás la nostalgía. Lo cierto es que me volví a casa. Ahora ya no sé lo que hubiera pasado si me hubiera quedado en Valladolid. Eso no lo sabré jamás.

Inmediatamente tuviste otra posibilidad de salir de Cazorla pero tampoco se concretó…

Fue en Linares. Entonces el responsable de la cantera del Linares CF era Carlos Galbis, al que luego tuve como entrenador en Villanueva del Arzobispo . Con el Linares estuve unos diez días y ellos, después de aquella prueba, querían que me quedara pero tampoco se dieron las condiciones y esta vez no fui yo el que evitó que aquello cuajara. El Linares tenía interés pero, no suficiente interés porque pretendían que yo me despalzara en autobús a diario y ni siquiera se hacían cargo de mis gastos. Me hubiera gustado quedarme, porque allí había entonces buenos jugadores, como Melchor que luego acabaría en el Real Betis.

Y entonces apareció el Real Jaén…

Directamente no. Fue una persona de Cazorla, que tenía contactos en el Real Jaén, y me dijo que estuviera tranquilo que al final, aquella temporada acabaría bien porque había interés de otros equipos, entre ellos, el Real Jaén CF.

A mitad de temporada, efectivamente, llegó el Real Jaén y se hizo mi traspaso para jugar en el Juvenil que estaba compitiendo para ascender a Primera División de Juveniles, la máxima categoría, a ese nivel. En aquel momento acerté de pleno, porque había una gran generación de futbolistas, Rafa Lendínez, Ocaña, González

En uno de aquellos desplazamientos empezó a gestarse tu futuro inmediato…

Volviendo de un partido, creo que de Montilla, paramos en Martos para ver un partido en el Chamorro Martínez. El Martos CD se estaba jugando el ascenso contra el Erandio. Antoñete, que era nuestro entrenador, nos llevó al campo y nos colocaron cerca del palco del presidente, que en ese momento era Miguel Pérez Luque. Yo estaba muy cerca y Antoñete le dijo a Pérez Luque: “A este chaval te lo voy a traer aquí el año que viene”.

La temporada siguiente, con Pedrito de entrenador en el Real Jaén, se quedaron dos o tres jugadores como Sub-21. Creo que, Rafa Lendínez, Juanjo y González. Yo, como ya había dicho Antoñete, me fui cedido al Martos CD. El Martos venía de haber jugado la Liga de Ascenso y esa temporada, 80-81, hizo un equipo muy potente. Estaba clasificado para jugar la Copa del Rey y yo llegué a jugar contra el Estepona y en la eliminatoria en la que dejamos fuera al Almería, que estaba en Segunda. En Martos empatamos y en su campo ganamos (3-4) y yo hice uno de los goles.

Y el siguiente rival copero fue causalidades del destino, el Real Valladolid, al que tú podías haber pertenecido.

Quizás. Lo cierto es que, a Martos vinieron jugadores como Minguela o Gilberto. Nunca se sabe pero, también hubo mala suerte para ese partido porque me lesioné una semana antes jugando en Alhaurín el Grande y no pude participar en aquella eliminatoria. Contra el Alhaurino fue un partido tremendo, durísimo. Hubo de todo, marqué pero salí lesionado y no pude jugar ni un minuto contra el Real Valladolid. Fue muy triste aquel trance, porque me hacía mucha ilusión jugar contra ellos.

De todas formas aquella temporada, el Martos hizo una gran campaña. Nos faltó un punto para jugar otra vez la fase de ascenso. Había un equipazo, Amezcua, Palomino, Pepe Cuesta, Bermúdez, Lastre, Martínez u Otilio. Jaén tenía entonces, muy buenos equipos, Iliturgi, Bailén, Carolinense, Úbeda, había una Tercera División muy potente.

Aquella temporada hubo un partido muy especial para tí, porque aunque era de Tercera División, se jugó en el antiguo estadio de La Victoria…

Fue un Úbeda CF-Martos CD. Al Úbeda le habían cerrado el campo por unos incidentes graves y el partido se jugó en Jaén, en La Victoria. El Úbeda iba segundo y nosotros terceros. Fue un partido espectacular, ganamos y yo marqué tres goles de cabeza. El campo estaba lleno de aficionados de Úbeda, de Martos y de Jaén. Fue partido extraordinario por todo. Me hizo especial ilusión porque yo, al fin y al cabo, estaba jugando en mi campo y las recciones a mi actuación fueron muy buenas. A partir de ahí se daba por hecho que yo volvería al Real Jaén para jugar en Seguda B. Ese partido fue clave.

Y volviste al Real Jaén…

Pero no en las mejores condiciones. No sé a qué achacar aquello. Lo cierto es que, después de un entrenamiento terrible en Martos, salí lesionado, con un grave problema muscular por el que ya no volví a jugar esa temporada. Fuimos, en carrera continua por la vía del tren, hasta Torredonjimeno. Cuando volvímos al campo nos pusieron a hacer series de velocidad y en una de esas series me rompí. Con el tiempo y por los pocos o muchos conocimientos que tengo como entrenador, creo que aquello fue una barbaridad. Entonces no sabía la gravedad de lo que me había pasado. Terminó la temporada y, con la ilusión de un chiquillo, me presentaron como jugador de la primera plantilla del Real Jaén. Fue un día muy feliz. El trabajo que hice en Martos, me sirvió para estar allí. Era una satisfacción.

Luego todo fue un calvario físico…

Empecé a entrenar y el músculó no me dejaba. Parón, tratamiento, parón y así hasta que decieron que había que operar. Me fui a Sevilla y me intervino el doctor Leal Graciani, una eminencia. Me recuperé de la lesión y Carmelo Cedrún, que era entonces el entrenador del Real Jaén, me cuidó mucho y yo estaba convencido que con él iba a debutar con el primer equipo. Sin embargo los resultados no eran buenos y lo cesaron. Llegó Lalo, trajeron más jugadores y a mi me quisieron ceder al Manzanares, al Huercalense…otra vez el destino se me cruzó de mala manera.

¿El Martos CD volvió a pedir tu cesión?

Así es. En Martos había dejado buen recuerdo y, tanto la afición como el entrenador y la directiva, querían que volviera. Yo hubiera ido encantado pero, en aquel momento las relaciones entre los dos clubes no eran buenas. El Real Jaén había pedido la cesión o el traspado de Pepe Cuesta y el Martos no quiso hacer la operación y, la negativa a que yo volviera a Martos, fue una represesalia de la que yo salí claramente perjudicado. Luego, porque el fútbol da muchas vueltas, me llamó Blas Cuadros, que era el presidente del Cazorla, y me pidió que fuera cedido a mi pueblo. Lo pensé y, como ya estaba muy quemado, me decidí a volver a mi casa unos meses porque, en agosto, ya me iba a la mili.

Regreso y salida a hombros

Cosas del fútbol (carcajada). Volví y redebuté con el equipo de mi pueblo. Casualmente mi regreso coincidió con un “clasico” comarcal. Jugábamos en casa con el Tugia de Peal de Becerro. Nadie supo nada de mi incorporación hasta que me presenté en el campo para jugar. Supongo que mirarían con lupa las fichas, porque aquello fue una sorpresa para todo el mundo, para el rival también. Lo cierto es que ganamos (2-1), metí los dos goles. Uno de los goles lo recuerdo bien porque fue de falta, con el exterior y fue un golazo…al final me sacaron a hombros (más carcajadas).

Luego el servicio militar…

Pufff…cuando lo pienso creo que hay cosas que parece que están escritas y no son buenas. Yo he nacido en las sierras donde nace el Guadalquivir y el rio muere en el mar por Sanlucar de Barramenda donde, creo yo, que terminó mi carrera como futbolista profesional. Es como una “ristra” de infortunios que si no los hubiera vivido parecerían inventados.

En el servicio militar, fui cedido por el Real Jaén al Lucentino. El primer partido al que fui convocado fue contra el Atlético Sanluqueño, en su campo. Salí en el banquillo y cuando quedaba poco para terminar el partido, el entrenador me madó salir y me colocó de defensa central. No era mi posición y debuté con tan mala fortuna que recibí una patada en la rodilla y me rompí los ligamentos. Ese diagnóstico me lo dieron meses después de estar “aparcado” en una cama en el Hospital militar de Córdoba. Recuerdo que era el 21 de diciembre de 1983 y yo, recién operado, estaba en la cama escuchando por la radio, que España ganaba 12-1 a Malta.

Galiano en el Estadio deLa Victoria, con la camisetadel CD Villanueva
Galiano, en La La Victoria, con el CD Villanueva. En la foto, con Galiano, Carrero, portero del Villanueva, Figueroa, delantero del Real Jaén y al fondo Chumilla

A partir de ahí fue como volver a empezar….

Al terminar la mili no me había recuperado, no estaba para volver al Real Jaén y regresé a mi pueblo para recueperarme totalmente. Ocho o nueve meses después de la lesión volví a jugar un partido con la UD Cazorla. Estuve allí dos temporadas, que fueron muy buenas y ascendimos. Después, por lo que suele pasar en el fútbol, hubo desavenecias y salí al CD Villanueva, que hacía tiempo que me quería.

Estando en el CD Villanueva el Real Jaén, Joaquín Cortizo, te volvió a llamar…

Cierto, pero ya te digo que no he tenido buena suerte en momentos puntuales, en los momentos importantes. Estaba haciendo una buena temporada en el CD Villanueva y el Real Jaén por mediación de su presidente, Joaquín Cortizo, me llamó. Se me abrían otra vez las puertas del Real Jaén. Era una gran oportunidad pero, otra vez la mala relación entre clubes y la deshumanización de este deporte, impidieron mi salida. El Villanueva se negó en rotundo al traspaso y me quedé si aquella nueva oportunidad.

Después de eso volví a mi pueblo y allí, con 26 años, me retiré porque ya tenía encauzada mi vida profesional. Afortunadamente puedo decir que me retiré ganando un título. Ganamos, con la UD Cazorla, la Copa del Gobernador, contra el Baeza. El partido fue en Villacarrillo y nuestro entrenador era Santoro. Barrios marcó el gol que nos dio la victoria.

Después una larga carrera como entrenador, casi toda en la Sierra de Segura…

Empecé entrenando a la UD Cazorla, en una temporada dura y con muchos problemas pero logramos la permanencia. Vivía ya, por razones de trabajo, en Cortijos Nuevo y empecé a entrenar por toda esta zona. Mi primer equipo por aquí, en la Sierra de Segura, fue el Puente Génave CF, en la temporada 90/91. Hicimos un buen trabajo y el CD La Puerta me llamó y, la verdad es que fue muy bien, logramos un ascendo a Regional Preferente que, para el club entonces, fue algo histórico y, además, con un noventa por ciento de jugadores del pueblo. Inicié la siguiente temporada pero, por diferencias y por independencia, dimití. Es mi forma de ser y eso me ha dado satisfacciones y malos ratos como aquel que pasé en La Puerta. Aquello fue feo y muy extraño. Todavía me indigno al recordarlo.

Después vuelta a Puente de Génave

Antes pasé también por el Orcera CF pero fue poco tiempo. Era un equipo muy joven y había muchas dificultades. La llamada del Puente de Génave me pareció interesante. Sólo perdimos un partido aquella temporada y preparamos un buen equipo para la siguiente campaña, muy bien armado con Cristobal, de Linares, Trillo…estuvimos a punto de jugar fase de ascenso. Nunca se ha vuelto a hacer algo parecido allí. Creo que fue una de mis mejores temporadas pero el proyecto no tuvo continuidad. Después estuve también en Siles y no me puedo olvidar de Beas de Segura, donde estuve en diferentes etapas y en Satisteban del Puerto también. Son muchos sitios y muchos buenos recuerdos.

¿Cómo fue el proyecto de Cortijos Nuevos?

Hablé con el alcalde, Manuel Cerdán, para que adecuara el campo de fútbol que hasta entonces, era más un campo de tiro, y reuniendo jugadores de donde puede, con Jose Ignacio como mítico capitán, que ha ido conmigo a todos los sitios en los que he entrenado, empezamos. Perdimos sólo un partido en toda la temporada. Fue en Huesa pero, ya estábamos ascendidos. La gente iba al campo con sus sillas, era una fiesta para el pueblo. Ahí arrancó el que hoy es Sierra de Segura CF, fue la temporada 96/97. Fue una temporada extraordinaria. Llegamos a estar tres años en la Regional Preferente, un equipo de aldea como el nuestro, de Cortijos Nuevos. Por aquí pasaron los mejores equipos de la la provincia.

¿Cómo ves el fútbol de cantera?

Soy optimista, porque han mejorado muchas cosas. Las instalaciones son mejores y los padres colaboran. Lo que debemos hacer todos es dar facilidades, generando instituciones, clubes que ayuden a los niños. Nosotros hemos apostado por el fútbol federado pero hay competiciones comarcales en las que los niños y las niñas juegan con otras condiciones. En este momento nuestro club tiene a 120 futbolistas, niños y niñas, que se reparten en siete equipos. Son niños de toda la comarca, de Beas de Segura, Arroyo del Ojanco, Siles, Génave, La Puerta, Benatae, Torres, Orcera. Nos sostenemos con una subvención del Ayuntamiento de Segura de la Sierra, que nos ayuda en todo lo que puede, al que pertenece Cortijos Nuevos. De las aportaciones de los padres y del trabajo que realiza la directiva obtenemos el resto del presupuesto. Intentamos lograr que sea todo sostenible y que los niños tengan todo lo necesario para formarse y disfrutar de este deporte. Trabajamos muchísimo porque sabemos que no se puede generar deficit. Para nosotros los niños son lo más importante y, sinceramente, la labor de los padres es fundamental y de eso no tenemos queja. Trabajamos en equipo para que los niños disfruten del deporte.

Tienes un hijo futbolista que juega en el Villacarrillo ¿Qué se le dice a un hijo que sigue el camino del padre?

Lo he tenido como jugador en mi equipo y, la verdad, no ha sido difícil. Es disciplinado y ha cumplido con lo que necesitaba de él en todo momento. Lo que le he dicho es que, si quiere evolucionar y llegar a jugar en categorías superiores, debe dedicarse en cuerpo y alma. Entrenar, hacer vida sana, cuidarse, descansar y pensar mucho en el objetivo que tiene por delante. Si quieres hacer algo en el fútbol, contando también con el factor suerte, debes poner todo en el fútbol. Una cosa es ir de equipo a equipo para pasar el tiempo y otra, querer ser profesional del fútbol. Creo que mi hijo lo ha entendido y tiene la seriedad suficiente para cumplir sus compromisos y pelear por conseguir lo que quiere.

¿Qué es lo que más te gusta de tu hijo como entrenador y dónde tiene margen de mejora?

Como padre te lo voy a vender bien (risas) y como entrenador, creo que tiene virtudes interesantes. Es ambidiestro, aunque la suya es la derecha, va bien con las dos piernas. Tiene 1.92 y si con esa estatura no va bien de cabeza que se retire (risas). Domina el juego aereo. Es tranquilo, coordinado, rápido y con buen desplazamiento de balón. Puede mejorar en el juego combinativo pero eso es trabajo del equipo también. Lo mejor que veo en él es que está decidio a poner todo de su parte y eso me da mucha tranquilad. Sé que está en el camino, que tiene mucha ilusión y mentalidad profesional. Lo que quiero, sobre todo, es que sea feliz.

¿La vuelta de Fernando Galiano a los banquillos es posible en este momento?

Ahora mismo no me lo planteo pero, como se suele decir: “Nunca digas, nunca jamás

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