Celia Jiménez Delgado (Alcaudete, Jaén, 1995) Celia desmonta el argumento de que estudiar y cumplir con una carrera profesional exigente, son cosas incompatibles. Desde niña ha tenido que hacerlo y en ambos recorridos sus resultados siempre han estado ligados a la excelencia.
Arrancó su aventura cuando el fútbol femenino era un acto de voluntad para las niñas que lo practicaban y para sus familias. Tuvo que salir de casa muy pronto, con 15 años, y aceptó el reto. Su crecimiento deportivo la llevó a la élite de la Liga española. A partir de su ingreso en la Universidad comienza una largo viaje en el que todavía sigue.
Fue becada por la Universidad de Iowa y eso cambió sus planes que apuntaban al Atlético de Madrid. A partir de ese momento su inmersión en el deporte y en los estudios de ingeniería aeroespacial se convierten en el eje de su vida. Estaba haciendo lo que quería, fútbol y una carrera que le apasionaba.
Con el tiempo se mantuvo el idilio entre ambos universos y Celia crece en estas dos facetas. Estudia y juega al fútbol, recorre el mundo y cumple objetivos. España, EEUU, Francia,Suecia y Australia, en otros, han sido escenarios para su desarrollo.
Celia Jiménez tiene en su carrera multiutd de hitos que la colocan entre las jugadoras de futbol más prestigiosas a nivel internacional. Ha sido Campeona del Mundo Sub-17 con España, Subcampeona de Europa con la Selección Sub-19, en la que fue capitana. Ha estado en dos mundiales con la Selección absoluta deEspaña (Canadá y Francia) y ha jugado la Champions League con el equipo sueco, FC Rosengard. Fue la primera española en ser elegida, Seatlle Reign FC, mediante Draf para jugar en la NWSL de EEUU, la liga de fútbol femenino más importante del mundo.
En la actualidad juega en Orlando Pride (Florida). Ha culminado sus estudios de ingeniería aeroespacial y sigue su formación con un MBA en la Universidad de Washintong.
Experiencias, conocimiento, fútbol y vida a raudales que, seguramente, no han cambiado en esencia a la niña que inició este viaje en Alcaudete y después con sus compañeras de Las Infantas. Estos espacios humanos, cortos en recursos y generosos en afectos y estímulos fundamentales, están en el principio de una carrera que conjuga el amor por el fútbol y el deseo de cumplir todos los sueños. El título que más adorna a Celia, es su certeza de que se puede mirar al infinito sin olvidar el primer suelo que pisó. Ella también es ejemplo en esto.
¿En qué momento profesional y deportivo se encuentra?
Considero que mi carrera profesional como deportista está en una etapa de madurez. Mi experiencia ha sido emocionante e internacional. Comencé a jugar en la Liga Española de Primera División con catorce años. Después jugué en la liga Universitaria de Estados Unidos, la Champions League, la Liga Sueca, la Liga Australiana, la Liga Francesa y la NWSL de Estados Unidos, donde llevo compitiendo durante seis temporadas. En esta liga he jugado en dos equipos, Seattle y Orlando, y he compartido vestuario con algunas de las jugadoras más emblemáticas y laureadas del fútbol actual. Haber jugado dos Mundiales con la camiseta roja, representando a España, también ha sido una experiencia muy enriquecedora y exigente. Como cualquier futbolista, estoy expuesta a lesiones, que en varias ocasiones han frenado mi rendimiento. Ahora siento que cuando estoy en el campo, los resultados pueden ser mejores gracias a todo lo aprendido. Mi objetivo para este año es ganar la liga; para ello, cada día entreno con pasión.
Estudios, fútbol, vida personal… ¿Cómo se conjuga todo eso cuando «eliges» unos estudios y una carrera deportiva de élite?
El fútbol femenino se ha profesionalizado a nivel general, lo cual es una buena noticia para todas las jugadoras, ya que recibimos un trato profesional y un salario equivalente. Pero las deportistas debemos tener presente que nuestra trayectoria como futbolistas es corta; por eso, siempre debemos formarnos en otras disciplinas que nos complementen para el futuro. En mi caso, decidí estudiar una carrera universitaria exigente: ingeniería aeroespacial. Me gustan los números y esto ayuda bastante. Después, decidí hacer un MBA pensando que adquirir esta formación me complementará para acceder a puestos de liderazgo en el futuro. La realidad es que dedicar tiempo al deporte y al estudio me ha ido muy bien, ya que ambas actividades se complementan y me aportan un equilibrio muy necesario.
¿Qué le ha aportado el fútbol, más allá de lo saludable que es la práctica de cualquier deporte, como persona?
Jugar al fútbol a cualquier nivel ya es un aprendizaje para la vida. Jugar con las selecciones de España y en algunos de los mejores equipos del mundo me ha permitido aprender de las mejores. Los valores del deporte me acompañan siempre; me ayudan a tomar buenas decisiones y a no rendirme. Como mentora del Programa Mentor 10, siempre cuento a deportistas jóvenes que apliquen en sus vidas lo que aprendemos en el fútbol; a mí me da muy buenos resultados.
¿Su futuro futuro va a vincularse plenamente a su carrera profesional o se ve también ligada al fútbol en alguna de sus facetas?
Esta es una buena pregunta. Aunque le dedico bastante tiempo a pensar en ello, aún no tengo la respuesta, seguramente porque aún no ha llegado el momento de tomar la decisión. El deporte siempre formará parte de mí, al igual que me emocionan otros retos como la ingeniera.
¿Qué sensaciones tiene al mirar y recordar sus comienzos en el fútbol?
Me emociono. En aquellos primeros años, nadie podía presagiar mi carrera como deportista, ni yo misma. Aquellos primeros títulos ganados con mi primer equipo, Las Infantas de Jaén, y con la Selección de Jaén y de Andalucía son absolutamente inolvidables. Aquellos primeros premios, como el primero que recibí, Palabra de Fútbol. Después vendrían muchos títulos y muchos premios; cada uno de ellos tiene su espacio en mi corazón.
¿Qué motivos pesaron más para orientar su carrera fuera de España?
La oportunidad de estudiar con una beca en Estados Unidos surgió en el último momento. Recibí la oferta de la Universidad de Iowa cuando aquí me ofrecían la posibilidad de comenzar mis estudios universitarios y seguir compitiendo en fútbol a un gran nivel. En España ya tenía la matrícula hecha en la Universidad Carlos III en Leganés para estudiar ingeniería aeronáutica y un acuerdo con el Atlético de Madrid, que siempre agradeceré a Lola Romero por sus buenos consejos y el interés que tenía en llevarme a su equipo, en aquellos momentos uno de los mejores de España.
En Estados Unidos, tenía la oportunidad de acceder a un sistema de élite tanto académico como deportivo. Las clases universitarias y los entrenamientos estaban en el mismo campus. La universidad se ocupaba de todo: los estudios, la alimentación, la ropa y la estancia. Yo solo dedicaría mi tiempo a entrenar y estudiar. Esto, dicho así, parece una minucia, pero ha sido la clave para culminar con éxito mi carrera universitaria; me gradué en ingeniería aeroespacial y conseguí el más alto nivel en fútbol, tanto en las ligas americanas universitarias como en las profesionales. En la NWSL, donde juego actualmente, y con la selección española, donde también he conseguido títulos europeos con la Sub 17 y la Sub 19 y he sido mundialista dos veces con la Selección Absoluta Española.
¿Qué traerías a España del fútbol en EE.UU. y qué llevarías de España allí?
En España, desde las federaciones territoriales se apoya muy bien el deporte base, haciéndolo llegar a una gran cantidad de niñas y niños. En esta etapa en Estados Unidos, las familias tienen que hacer un gran esfuerzo económico para conseguir que sus hijas e hijos alcancen un buen nivel deportivo y puedan tener acceso a las becas universitarias deportivas.
En la etapa universitaria en Estados Unidos ponen el foco en el deporte universitario, ofreciendo una gran cantidad de recursos a disposición de las y los deportistas a través de las becas deportivas. Estos recursos económicos, por ley, tienen la obligación de repartirlos en igualdad de condiciones para los equipos femeninos y masculinos. Esto supone una gran ventaja para las estudiantes deportistas, ya que aquí van a encontrar idénticas instalaciones, cuerpos técnicos y cantidad de becas, ya seas mujer u hombre. Esta es la clave para que las competiciones universitarias alcancen un gran nivel. Las universidades, con el dinero que reciben, ofrecen becas que pueden alcanzar el cien por cien de los gastos universitarios. Yo conseguí una de estas becas que cubría la totalidad del gasto para cada curso: matrícula, libros, alimentación y estancia.
En España, los equipos profesionales se nutren de las deportistas que juegan en otras divisiones inferiores y de aquellas deportistas que destacan en competiciones territoriales o nacionales de las federaciones. En Estados Unidos, los equipos profesionales se nutren mayoritariamente de las ligas universitarias, mediante un sistema de elección llamado Draft, donde los equipos de la NWSL pueden conseguir contratar a las deportistas que más han destacado y les interesen. Yo tuve acceso a este sistema y fui seleccionada por el Seattle Reign, siendo la primera española en acceder a un equipo americano de la NWSL siendo elegida en el Draft. La contratación de jugadoras extranjeras está limitada, por lo que resulta difícil conseguir una plaza mediante este sistema.
El fútbol femenino tiene un trato más profesional por parte de equipos y federación y ha ganado en derechos, en parte por el apoyo de AFE.
¿Crees que la sociedad ha avanzado también en su percepción y valoración del fútbol femenino o el cambio social va más lento?
Si hablamos del fútbol femenino en España, tenemos que reconocer que en los últimos diez años hemos avanzado muchísimo. Se ha hecho un gran esfuerzo para conseguir un convenio que regule la actividad aunque aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar la igualdad de condiciones laborales en el fútbol profesional femenino y masculino.
¿Crees que ha merecido la pena «sacrificar» parte de la alegría de ganar la Copa del Mundo por la visibilización de un problema y la transmisión de una realidad anómala?
Ganar la Copa del Mundo ha sido un hito. Como he dicho antes, este hecho repercute en más oportunidades para nuestras jugadoras y mejores contratos en equipos de alto nivel. Desde el primer Mundial en el que España se clasificó, en el que yo participé, celebrado en Canadá, las jugadoras venimos reivindicando las mejoras que nos permitirían alcanzar la excelencia para ganar un Mundial. Además de talento, necesitamos que nuestro trabajo se visibilice. Cada vez tenemos más presencia en los medios de comunicación, aunque aún no se nos da el tiempo ni el espacio en igualdad de condiciones que al fútbol masculino. Necesitamos una igualdad salarial, que queda a años luz de las cantidades astronómicas que ofrecen los mismos clubes a los hombres, tener las mismas instalaciones para entrenar y donde disputar nuestros partidos y, muy especialmente, contratar los mejores cuerpos técnicos.
Los avances son notables pero han requerido mucho esfuerzo y superar circunstancias complicadas…
Es lamentable que las futbolistas, además de luchar en el césped para ganar un partido o traer un título a casa, tengamos que estar librando otras batallas. Las reivindicaciones por nuestra parte son constantes y justificadas. Las personas que toman decisiones que nos afectan deben ser más coherentes. Creo que la sociedad cada vez está más sensibilizada y se muestra en contra de los abusos que se cometen con jugadoras.
Las jóvenes jugadoras, las que empiezan en este momento de avance en derechos e igualdad, ¿qué deben tener en cuenta para obtener el mayor beneficio y lograr que el avance no se detenga? En el deporte femenino en general y en el fútbol en particular nos queda mucho camino por recorrer para alcanzar los mismos derechos que nuestros compañeros de profesión han alcanzado. Las mujeres jóvenes que se están incorporando como futbolistas tienen mejores condiciones que hace diez, veinte o treinta años, pero pasado este tiempo, aún no hemos alcanzado esa igualdad plena, por lo que ellas deben seguir exigiendo y luchando para conseguirla.
¿Cree que tardaremos mucho en ver que las jugadoras puedan, tener por norma, una vida profesional exclusivamente ligada al fútbol?
Muchas de las jugadoras de fútbol actuales tienen un contrato de trabajo que les permite dedicarse únicamente al fútbol. En algunas ligas, pongo por ejemplo la NWSL, que es la que mejor conozco y donde yo juego, todas las jugadoras tienen contrato. No todos los contratos son iguales, pero sí todos tienen por ley un mínimo salarial. También es así en otras ligas de nuestro entorno y es un mínimo exigible a los clubes con respecto a la contratación de sus jugadoras. En ninguna otra actividad profesional se permite tener a trabajadoras o trabajadores sin cotizar a la seguridad social y sin contrato, o con un contrato diferente si eres mujer o eres hombre.
¿Es optimista con respeto al apoyo y la presencia de las grandes marcas en el fútbol femenino?
Creo que el fútbol femenino como actividad comercial está despegando; en un futuro próximo esta actividad va a dar muchas oportunidades de negocio. Aquellas empresas que se interesen e inviertan en esta actividad van a ver cómo sus ganancias crecen. Esto va a ofrecer muchas oportunidades para las nuevas generaciones de futbolistas.