Álvaro Benito Villar (Salamanca, 1976).  Álvaro siempre va a sentirse futbolista, pero lleva dentro un entrenador en estado latente. Comunica en Movistar Plus y analiza el fútbol asumiendo el riesgo de «anticiparse a la jugada», pero sin notar la presión del resultado, disfrutando. Cumplió su sueño a los 19 años. Era jugador del Real Madrid y gozaba de la titularidad. En lo que dura un chasquido de dedos se evaporó todo. Su rodilla se rompió y nunca volvería a ser la misma; él tampoco.

Se fue difuminando el jugador de fútbol y emergía un ser humano lleno de certezas y con una fuerza mental que le acompaña ahora y le va a servir siempre. Durante más de cuatro años jugó el partido de la recuperación, pero no logró el objetivo. Se fue del fútbol con la tranquilidad de saber que lo dio todo por reencontrarse y sabiendo que por delante tenía toda la vida. Ni autocompasión ni lamentos por lo que pudo haber sido y no fue. Sólo una espina clavada, saber qué futbolista habría podido llegado a ser.

Lo que si tiene ante sus ojos es la respuesta que le da la música. Ahora gira por España con su grupo, celebrando los 20 años de Pignoise mientras ve crecer la que quizás, es la consecuencia natural de todo lo hecho antes en la música, Chicle.

Álvaro fluye con la sensación de que la felicidad y la ausencia de presiones innecesarias, producen un espacio fértil para la creación. No importa si hablamos de música o de fútbol, son dos materias en las que la pasión es imprescindible y Álvaro Benito la tiene a raudales.

¿Cómo valora la llegada de Mbappè al Real Madrid, en lo económico y en lo deportivo?

En lo económico este tipo de jugador nunca es caro. Puede ser caro un jugador que no haya demostrado sus cualidades al máximo nivel. Ha habido casos como el de Kaká o el de Hazard, pero esto es muy raro. Ahora hablamos de un jugador que, por potencial, puede que sea el más talentoso del mundo y llega en una operación que no es desorbitada. Creo que la operación es buenísima a nivel deportivo y a nivel económico. En lo del talento pienso que, cuanto más talento mejor. Ya se verá cómo encaja todo. Me han hablado muy bien de él. Centrado, muy buena educación, se expresa perfectamente en español y, según me cuentan desde dentro del PSG, es buen compañero. Al margen de todo esto, en el fútbol hace falta que se den la química y las sinergias adecuadas, entre todos los talentos ofensivos. Yo, en cualquier caso, prefiero siempre más talento.

En el ambiente se palpaba que su llega, por los acontecimientos pasados y por sus últimos resultados, era un poco en plano bajo y en deuda con el Real Madrid…

Yo no percibo, aunque hubiera llegado como Campeón de Champions con PSG y Campeón de Europa con Francia, que pudiera venir mirando por encima del hombro, No obstante, viene a un Real Madrid que ha ganado Liga y Champions y él llega de no haber hecho una buena Eurocopa. Estos, incluso, son argumentos para intentar reivindicarse, pero creo que no lo necesita,

La figura de Ancelotti va a ser clave en la gestión y el encaje de este jugador…

Este año en un programa de “El Día Después” hablábamos de la gestión de Ancelotti y del conocimiento de las herramientas que debe manejar un técnico para esto: la técnica, la táctica, la psicológica y la social en las ruedas de prensa. Él las conoce y las usa todas con destreza, pero hacíamos especial referencia a las estrellas que han pasado por sus manos y, claro, han pasado los mejores jugadores del mundo en los últimos 30 años. Está claro que si alguien tiene experiencia en lidiar con estrellas del máximo nivel y sabiduría para apagar cualquier fuego sin que la cosa vaya a mayores, es Ancelotti. Los jugadores se sienten muy bien con él. Él genera un ambiente de calma y de naturalidad donde el talento florece consiguiendo que, cuando llegan los malos momentos que suelen aparecer a lo largo de una  temporada, todo se vea con normalidad y sin alteraciones. Logra que los jugadores se sientan queridos. Al final, por muy superestrella que seas, lo que quieres es que te quieran y que te lo transmitan para poder sentirlo. Ancelotti logra eso, que los jugadores se sientan queridos y valorados por él.

¿Cómo combate un entrenador la sensación general de que su equipo, aunque el arranque no ha sido el esperado, es muy superior, para que eso no cale en los jugadores y los lleve a una relajación no deseada?

El Real Madrid pese a haber ganado muchas Champions en las últimas temporadas, este año Liga y Champions, no ha perdido la actitud de aspirante y cuando ha tenido que defender cómo lo hizo frente al Manchester City, no tuvo problemas para hacerlo. Nunca puedes tener actitud de campeón, siempre hay que tenerla de aspirante. Un alpinista que sufre mucho para llegar a hacer cumbre, mientras no lo ha conseguido creo que es capaz de resistir cualquier adversidad y de sacar fuerzas de dónde no la tienes. Cuando lo consigue y vuelve a intentarlo de nuevo, soporta peor las adversidades porque el objetivo ya lo ha alcanzado antes y puede que no le compense volver a sufrir. En el fútbol, sin sufrir tanto, pasa un poco lo mismo. Cuando alcanzas un objetivo necesitas volver con las mismas ganas, la misma ambición y el mismo sacrificio. El Real Madrid creo que eso lo ha tenido en estas dos últimas Champions. Esa es la actitud que Ancelotti debe evitar que se pierda porque su equipo la ha mostrado hasta ahora. En cualquier caso, el equipo es muy potente por las nuevas incorporaciones y por el crecimiento de los jóvenes.

En cualquier caso, esta temporada con todas las matizaciones por el comienzo de temporada, el Real Madrid parte como favorito.

El año pasado el Manchester City partía como favorito y esta temporada el favorito es el Real Madrid, sin que esto signifique absolutamente nada. La palabra favorito en el fútbol es como una pompa de jabón, la tocas y desaparece

También se maneja, junto al término favorito, el de fracaso. ¿Si no se ganan los grandes títulos será un fracaso?

Fracaso es una palabra que usa la gente que está fuera del ámbito del deporte. El deportista no considera nunca ese término. Puedes considerar que fracasas si eres consciente de no haber dado el máximo, si lo das todo y otro equipo te gana no hay fracaso. Esto es deporte, se gana y se pierde, pero no se fracasa. Hay mucho temor a perder. La sensación de que has perdido un gran objetivo es la peor para un deportista. Si hay un equipo que maneja mejor que nadie los momentos en los que te ves en la lona, ese es el Real Madrid. Lo hemos visto en la Champions con partidos en los que lo tenía todo perdido y ha sabido gestionarlo para terminar ganando. No creo que el Real Madrid se deba cargarse de más presión por el hecho de que tenga a Mbappé. Debe asumir la competición con naturalidad y mantener esa frialdad con la que suelen afrontar los momentos más críticos.

¿Cómo se va a notar la ausencia de Toni Kroos?

La solución a la salida de Kroos es complicada. En un equipo siempre hay una pieza que hace que las demás parezcan mejores. Toni es una de esas piezas que si la sacas de manera individual reconoces que es un buen jugador, pero quizás no te llena el ojo. Sin embargo, en el engranaje general del grupo, es un futbolista que hace mejores al resto. Es ese jugador que tiene el mapa colectivo y la imagen completa del partido en la cabeza. Esos jugadores son muy raros, casi no existen, no suele haber muchos y él es de esos. Tiene una inteligencia para ver este deporte que es única. Busquets, Kroos…sale uno cada mucho tiempo. Sabe las velocidades del juego, lo que necesita el equipo y muchas otras cosas que hacen que sea insustituible. El Real Madrid tiene otros jugadores y con otras características, pero ya no está Kroos. Es Ancelotti el que tiene que intentar que el equipo, con la marcha de Toni Kroos no se resienta mucho en la construcción de ataques, donde el alemán era fundamental

¿Para usted ha sido una sorpresa la victoria de la Selección Española en la Eurocopa?

La verdad es que sí. Creo que todos pensábamos que podíamos competir contra cualquiera, pero no esperaba este triunfo tan abrumador y este fútbol de tan alto nivel. España ha sido, de largo, el mejor equipo de la Eurocopa. Ha hecho un fútbol extraordinario en cuanto a lo físico. Han apretado como salvajes, con un ritmo de juego altísimo por encima de selecciones como la francesa o cómo la inglesa y eso ya no deja de ser una sorpresa. Luego creo que estos años de mirarnos en el espejo del tiki-taka y ser un poco esclavos de lo bien que nos quedaba ese traje, han quedado atrás. Luis de la Fuente ha propuesto un fútbol más vertical, con diferentes soluciones para distintos momentos de partido. Ha dado muy buen uso a dos extremos maravillosos como Lamine Yamal y Nico Williams. El plan de ataque estaba claro, hacerles llegar el balón a los extremos en buenas situaciones…creo que España ha estado muy por encima de lo que yo esperaba. Ha sido espectacular y nos han hecho disfrutar muchísimo. Siendo todos muy buenos jugadores, yo no los había visto jugar a este nivel. Estaban muy a gusto y han ofrecido su mejor versión.

¿Que nadie esperara este rendimiento ha servido para hacer un grupo más cohesionado y comprometido, frente a la duda exterior?

El hecho de que nadie espere maravillas de ti, te da la tranquilidad de pensar que no tienes ninguna presión y el deseo de sorprender a todo el mundo. Lo que se desprende de lo que dicen los jugadores es que, desde el minuto uno, De la Fuente les estaba diciendo que eran los mejores, que debían tener fe porque eran mejores que cualquiera y al final el mensaje ha calado porque España ha jugado con una personalidad bestial.

Lo que parece es que la “caja de herramientas” de Luis de la Fuente tenía más soluciones que las que habíamos visto antes…

Es obvio. ¿Cómo no va a tener más soluciones el fútbol? Este deporte es tan extraordinario que te permite elegir caminos muy diferentes para llegar al mismo objetivo. Estábamos anclados en la idea de que sólo había un camino y que si no era por ese, no podíamos llegar. El fútbol, como la vida, está en continuo movimiento, evoluciona constantemente. Creo que España ha dado una vuelta de tuerca. Una cosa es jugar bien y otra cosa jugar bonito. Hay unos equipos que juegan vistoso, pero son vulnerables. España ha conseguido jugar bonito y jugar bien. Da gusto ver a un equipo ofensivo, vertical, agresivo y, además, eficaz; defendiendo, atacando bien y fuerte mentalmente, cuando hubo momentos críticos.

Creo que esto ha sido también importante para el fútbol porque este deporte, cómo casi todo en la vida, funciona por imitación y si triunfa la racanería se considera que ese es el camino más corto para llegar al éxito. Ahora, viendo cómo juega España, las grandes selecciones, que tienen mucho talento, se plantearán jugar así porque han visto que por ese camino se llega al objetivo. Ojalá se ponga de moda, con los nuevos seleccionadores que llegan, el modelo español de apostar por el talento, exponerse y ser valientes. Para el Mundial ya estarán buscando el antídoto que evite que España sea superior o no tan superior como lo ha sido en la Eurocopa..

¿Desde el punto de vista del entrenador cómo ve el papel de Luis de la Fuente, el gran discutido hasta hace muy poco?

Los entrenadores son los grandes discutidos de la vida. Zidane ganó tres Champions consecutivas y le discutían. Ancelotti con todo lo que ha ganado, dicen que sólo es un alineador. Guardiola está discutido. Es la locura que se vive alrededor del fútbol. Me alegro mucho por Luis de la Fuente porque me parece un tío fantástico y ha demostrado su capacidad donde se demuestran las cosas, en el campo. España ha estado muy bien entrenada y muy bien organizada en todas las fases, ofensiva, defensiva, ha sido un equipo sin grietas. Pero al final el entrenador hace hasta dónde puede hacer, se trata de una persona que se tiene que encargar de aumentar las posibilidades de ganar. Nadie te puede garantizar que vas a ganar seguro ni si quiere haciendo todo perfecto. El entrenador es el que te debe acercar lo más posible a ganar, pero nada más.

En lo personal usted ha tenido el calvario de una lesión que terminó por retirarle del fútbol ¿De los años de lucha, de las vicisitudes por las que pasó y de los momentos de dolor, qué zumo de vida ha obtenido, a qué sabe?

Me deja varios sabores. El primero el de no dar nada por sentado. Mi vida estaba encauzada con 19 años. Cuando me llega esa lesión yo estaba jugando de titular en el Real Madrid. Había cumplido el sueño de mi vida y eso es muy fuerte, porque la mayoría de las personas no llega a cumplir el sueño de vida, y ya no te digo si tu sueño es jugar en el Real Madrid. Lo tenía todo y en un chasquido de dedos desapareció

Lo segundo que aprendí es la lección más valiosa de todo aquel proceso, los “eslóganes”, las frases hechas y esas cosas que se suelen escuchar en una situación como aquella, no sirven. Que, aunque te esfuerces, lo pongas todo de tu parte, luches como una bestia y pongas toda tu energía durante cuatro años para conseguir un objetivo a veces no se consigue. No sirve de nada eso de que lo visualices, persistas y lo luches porque, si crees en ello al final lo consigues…eso son “eslóganes”. Por eso mi lección más valiosa es esa que, aunque lo des todo, a veces las cosas no salen.

Por último, lo que obtuve de esos cuatro años de esfuerzo, es convertirme en un luchador más grande del que era porque, para alcanzar tu meta en el deporte tienes que serlo ya. En mi caso, después de nueve operaciones, la incertidumbre de si iba a poder volver a caminar, a estar de pie, si podría volver a jugar y en ese caso, qué futbolista iba a ser. Me hacía todas esas preguntas y al final las dudas se fueron disipando con malas respuestas para mí. Lo cierto es que me he hecho mentalmente muy fuerte desde aquel momento, creo que es algo que me ha servido para el resto de mi vida en otros ámbitos y para relativizar todo. Nunca he mirado hacia atrás con autocompasión, no me he parado nunca en pensar que el sueño de mi vida se había ido y que no volvería a ser feliz. Jamás he tenido este tipo de pensamientos negativos. Siempre he afrontado el futuro como algo positivo, la vida está ahí delante para vivirla. Siempre digo que el lamento, nunca ha ayudado a nadie.

Lo cierto es que usted logró volver a jugar pero, finalmente, un buen día decide dejarlo…

Fue un proceso, no fue un día. Ver el futbolista en el que me había convertido, para mí era un dolor. Era duro comprobar que el fútbol que veía y que llevaba en la cabeza no lo podía desarrollar, porque no tenía ni la velocidad ni la fuerza de antes. En el fútbol de élite llegar media centésima antes o después a un balón, es la diferencia entre ser un crack o un jugador muy normal. Además, cada día después de entrenar, me sometía a unos cuidados bestiales para poder entrenar al día siguiente. Todo eso me fue mermando hasta que un día, que además jugaba de titular, me rompí el abductor y eso fue lo que, finalmente, me hizo tomar la decisión. Era la culminación de un camino. Hablé con mi padre y le dije que se acababa allí, que lo había intentado todo, pero ya no podía seguir. Así fue y con 25 años aterricé en el “planeta tierra” sin saber hacia a dónde iba a dirigir mis pasos.

Su padre, cuando le comunica la decisión de dejarlo, imagino que sentiría un alivio porque el sufrimiento físico se terminaba…

Los dos sentimos alivio. Creo que fue más una liberación, aunque había también algo de tristeza porque al final se había consumado lo que estábamos viendo venir. En mi caso, iba viendo que el horizonte no era bueno y sabía que no volvería a jugar al nivel que deseaba. Quizás mi padre fue el que más sufrió en el proceso, más que yo. Tanto mi madre como yo tenemos más fortaleza, pero mi padre se vino un poco abajo. Es muy futbolero y le dolió el doble porque se trataba de su hijo y porque estaba encantado de que yo hubiera llegado a ser futbolista profesional.  

En cualquier caso, usted demostró y se demostró que podía estar en la élite del fútbol

La única espinita que me queda de verdad es no haber podido verme en mi plenitud. Ver qué futbolista podría haber llegado a ser con 25 o 26 años. Creo que podía haber tenido una buena carrera, haber sido un jugador importante porque tenía condiciones. Ahora, pasado el tiempo puedo hablar de mí mismo con objetividad, sin que a nadie le suene pretencioso, yo tenía las condiciones físicas, la preparación mental y creo que todo lo necesario para ser un jugador destacado. Mii padre es entrenador y me inculcó eso de conocer el juego y mi papel en el partido para hacer diferentes cosas a lo largo de un encuentro. Luego tenía la calidad, era un jugador talentoso, muy completo, pero acababa de empezar, había jugado 20 partidos en el Real Madrid. Tenía todo por hacer

Buen jugador, excelente analista, quizás nos perdemos también un buen entrenador…

Entrené en la cantera del Real Madrid y la verdad es que estaba entregado a esa labor. Cuando me implico en algo es hasta el final y plenamente. Luego ocurrieron cosas que nunca he contado y que no voy a contar porque ya no vienen al caso, que fueron así y que terminaron por separarme del banquillo. Otra vez digo en este caso, que nunca hay que dar nada por sentando, porque en un momento la vida te lleva por el lugar que menos esperas.

Dejo de entrenar, fallece Michael Robinson, en Movistar Plus me dieron la oportunidad de comentar partidos y la cosa ha ido bien. Estoy muy cómodo en comparación con mi trabajo de entrenador, porque para mí entrenar al Juvenil del Real Madrid es lo mismo que entrenar al primer equipo o al Bayern; yo estoy 24 horas, los siete días de la semana pensando en mi equipo, en el rival… y las tareas de comentarista me liberaron de toda esa tensión porque yo soy muy tranquilo, menos cuando compito a fútbol que muto. En la tele me dieron más espacio y creo que me he aburguesado. Me llegaron ofertas de Segunda División, tres, y una la estuve valorando, pero me di cuenta que mi vida en ese momento era muy completa. Había podido volver a la música y vivía sin presión. Acabamos los partidos y, como comentaristas, siempre terminamos invictos. No descarto volver a entrenar e si llega algo que no puede rechazar pero eso, a día de hoy, es cada vez más improbable.

Cómo entrenador le gusta jugar atacando, pisar el campo contrario y en su faceta de analista también arriesga…

El fútbol es cambiante y no tengo miedo al error, no tengo miedo a quedar mal. En mi trabajo, hablar después de hayan pasado las cosas, lo puede hacer cualquiera. Anticiparte a lo que pueda pasar es lo más difícil. Esto lo he heredado de mi etapa de entrenador, analizar el juego y ver a los cinco o diez minutos cómo me están a tacando y cómo debo atacar yo. En la tele analizo y digo por dónde pueden ir los derroteros del partido. A veces se acierta y otras no, pero creo que hay que arriesgarse. El espectador debe tener por nuestra parte ese plus. A mí me gusta hacer pensar a la gente que siente interés, inquietudes por el juego. El fútbol es más complejo de lo que se piensa y, a veces, es hasta inexplicable.

Puestos a arriesgar hablemos del FC Barcelona, del Atlético de Madrid y del Girona de la temporada que viene. ¿Qué espera ver?

Empezando por el Girona, creo que esta pasada temporada ha sido una bendición para el fútbol. Junto, con aquella que hizo el Leicester, lo que ha hecho el Girona de Michel es la hazaña más importante de los últimos 20 años en las grandes Ligas. Ejemplo de convencimiento, de creer en una idea. Michel les ha convencido para jugar así y parece increíble que haya estado compitiendo por el título casi hasta el final. Si Michel es capaz de repetir un rendimiento así, sería algo extraordinario. Normalmente las cosas tienden a ir a su sitio y este Girona es que se ha puesto el listón muy alto. A ver qué equipo logra conformar y cómo rinde. Sólo hay una cosa más difícil que ganar y es volver a ganar.

El FC Barcelona ha firmado a un entrenador que a mí me gusta por el fútbol que hace. Cincuenta metros a la espalda, presionar como animales y atacar muy vertical. Veremos si es capaz de plasmar esa idea en el Barça. Creo que llega en un momento bueno porque el equipo viene de una etapa muy convulsa y el jugador tiene que aceptar lo que el entrenador le pida. No es lo mismo llegar en este momento que si el equipo viniera de hacer una gran temporada. Ahora todo el mundo está con los oídos muy abiertos y totalmente atento. Es un entrenador que les va a apretar, es muy exigente a nivel físico. Si Hansi Flick consigue lo que quiere, el Barça puede ser un equipo muy atractivo de ver esta temporada.

El Atleti creo que está en un momento de indefinición. El Cholo ha intentado dar una vuelta de tuerca al equipo y hacerlo más ofensivo. Ha mutado brutalmente, el de hace ocho años no se parece en nada al de hoy, es como si fuera otro entrenador. Tiene reminiscencias del que fue, de aquel conservadurismo. Creo que al final, jugadores que disfruten haciendo un despeje o de estar 80 minutos sin el balón, no hay tantos. Estos son jugadores que se ponen la camiseta del Atleti, pero saben que van a estar jugando casi todo el partido con los dientes apretados. Él tenía unas herramientas perfectas para eso, pero luego llegaron otras piezas que no disfrutaban tanto de una portería a cero. El entrenador inteligente es el que si tiene palos hace una cabaña y si tiene piedras, un castillo. A mí el Cholo me gusta mucho como entrenador y creo que ha tenido fases muy buenas esta temporada. El Atlético de Madrid, y también Simeone, están en un proceso de reconversión pero creo que competirán por el campeonato.

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