El fútbol se nutre, entre otras muchas cosas, de tópicos para consumo fácil, esos que ni los piensas pero los repites cada vez que se te ocurre. Uno de ellos se esgrime en un acto reflejo, cuando se habla de racionalizar la competición para proteger al futbolista: «Ganan mucho, lo llevan en el sueldo». Este razonamiento simplista, como todo lo falso pero aparente, termina para muchos con el problema. Sin embargo más allá del rencor, por envidia insana, que subyace en esta afirmación lo cierto es que, las lesiones graves en determinados jugadores, ya son una plaga. Caen como moscas y caen, normalmente, los futbolistas que superan la frontera razonable. Internacionales fijos en sus selecciones, intocables en sus equipos, presentes en cada una de las competiciones. Juegan Liga, Copa, Champions, Supercopas, Mundiales de clubes, Eurocopa, Nacional League…y este año dos citas más. No se puede, en nombre de nada, seguir estirando esta goma hecha de carne y hueso porque, por mucho que aguante la tensión del alargue, al final se rompe. Es un disparate, un desprecio al deportista y un canto grosero al dinero que se busca sin poner techo a la ganancia. Estamos instalados en un marco deshumanizado y carente de lógica. Por favor, que alguien lo pare.