Fernando Olmo Torres (Mengíbar, Jaén), cumple el próximo uno de marzo 16 años y ese mismo día firmará su primer contrato profesional con el Real Betis Balompié.
Fernando pasó por varios equipos en la provincia de Jaén, destacó desde muy joven y equipos de primer nivel vieron su talento, fue el conjunto de “La Palmera” el que acabó sumándolo a su fútbol base y ahí ha crecido hasta lograr la confianza de los técnicos verdiblancos, que ven en Olmo un activo importante y con clara proyección de futuro.
Hace cuatro años Palabra de Fútbol tuvo ocasión de charlar con un joven futbolista que tenía 12 y que ya mostraba un temple, propio de jugador consagrado. Pasado el tiempo y tras seguir sus pasos en la cantera bética de nuevo tomamos el pulso de Olmo, a sólo unos días de su pase a profesional del fútbol.
¿Ha cambiado tu forma de ver el fútbol?
Básicamente no, mantengo los mismos criterios que tenía cuando hablamos la última vez. Sigo viendo y sintiendo el fútbol de la misma manera. Lógicamente he tenido que adaptarme a los cambios y a las exigencias de cada momento pero, como dije entonces, sigo teniendo la lucha y el trabajo como base de todo. Lo que uno tenga tiene que sumarlo al trabajo. Esa suma te lleva a ganar y, la verdad, perder no me gusta nada aunque forma parte del juego.
¿Cómo se lleva mentalmente estar ya en un exigente espacio de competencia?
Es parte fundamental de todo esto. Hay que tener la cabeza muy bien preparada para responder a la exigencia de las competiciones y a tu propia exigencia. Hoy día es cada vez más importante tener una buena salud mental. Ese aspecto no se puede descuidar porque hay muchos ejemplos que nos ponen en alerta. El control de todo lo que pasa por la cabeza es vital para no perder el norte y vivir con equilibrio todo lo que genera a día de hoy este deporte. Esa certeza me lleva a dar mucha importancia al trabajo de los psicólogos que, afortunadamente, ya están en todos los clubes y que es muy bueno apara el jugador en general y, en especial, para los que estamos llegando con juventud y con muchas ganas.
Estar en un club con tanta historia como el Real Betis, es un reto todavía más fuerte…
Sin duda y soy consciente de ello cada vez que me tengo que poner la camiseta. Es una responsabilidad enorme, eso lo noté desde que llegué y cada día que pasa el reto aumenta pero, sinceramente, la responsabilidad de jugar en esta cantera, con mi equipo, y saber que hay confianza en mí me carga de una responsabilidad positiva, soy consciente de ello y la verdad es que eso me llena de orgullo y me empuja a tratar de ser mejor cada día. El trabajo es lo que me va a llevar donde queremos todos, eso lo tengo claro, no hay otro camino. Creo que estoy preparado para eso.

Ya has tenido muchas recompensas individuales, trofeos y reconocimientos ¿Cómo lo procesas personalmente?
Los logros y los reconocimientos personales hay que agradecerlos porque son hechos con buena voluntad y quieren reflejar tu trabajo y tu mentalidad de superación pero, también hay que tener muy claro que el fútbol es un deporte colectivo y que nadie, por sí solo, puede hacer nada. Los compañeros son participes importantes en cualquier reconocimiento que haya podido recibir a título individual. Quizás el valor más claro de este tipo de premios es empujarme a seguir en la misma línea y a trabajar con más intensidad, no para lograr más distinciones personales, sino para con mi trabajo poder ser más útil al mi equipo y de más ayuda para mis compañeros. Al final lo que cuenta es lo de todos y no sólo lo de uno.
Empiezas una etapa profesional en el fútbol y sigues con tu formación académica ¿Cómo se compagina?
La parte académica para mí y para mi familia es primordial. Eso lo tenemos claro, ha sido así desde el principio y yo soy consciente de eso. El fútbol me ha gustado desde siempre y lo he jugado como diversión, como forma de encauzar una ilusión. Ahora entro en una etapa, técnicamente diferente pero para mí sigue siendo igual, porque mi exigencia personal siempre ha estado al máximo nivel. Como he dicho antes, el grado de exigencia, de competencia y de responsabilidad va creciendo. Tengo el sueño de que al final, el fútbol sea mi profesión y espero conseguir ese sueño pero también sé que es fundamental tener una formación como es importantísimo, el hecho de firmar un contrato como el que voy a firmar. Ni en una cosa ni en la otra he estado solo mi familia, de la que me tuve que separar al salir de Mengíbar, y el club me han acompañado en este trayecto y eso me ha hecho superar mejor las dificultades y notar que los esfuerzos han sido más fáciles de llevar.
¿Qué cualidades debe tener , a tu juicio, el jugador que se mueve como tú, en la posición de mediocentro y quién es ahí tu referente?
Es una zona fundamental en el fútbol. En ese espacio se producen y se toman decisiones importantes para el juego. El futbolista ideal para esa posición debe tener tres condiciones indispensables. Debe ser fisícamente bueno y técnica y tácticamente igual. Esos tres valores son obligados si quieres tener garantías en una posición tan trascendental en la creación y en las decisiones. En esa demarcación, y lo dije en la anterior entrevista también, me gusta Luca Modric. Modric sigue siendo para mi el ejemplo perfecto.
¿ A estas alturas de tu trayectoria, qué deberías sumar y que deberías restarte para estar más cerca del jugador que quieres ser?
Hay algo que sí me gustaría sumar a mi forma de ver y desarrollar mi juego. Soy un futbolista muy ofensivo, mi inclinación natural, por mi forma de ver el juego, es buscar la portería rival y no me vendría mal un poco más de sentido defensivo. Creo que eso me haría mejorar en general y tener un valor más para el equipo. Lo que me restaría es complicado porque creo que es un virtud pero, a veces, no me vendría mal ser un poco más egoísta en el buen sentido. Hay veces que puedo serlo y no me sale. En cualquier caso una cosa y la otra, con cabeza y con sentido del equilibrio, me pueden ayudar.
¿Cómo ves la figura del entrenador?
El entrenador para mí, siempre ha sido un referente. No sé si con la edad puede cambiar esto pero hasta el momento, todos los entrenadores que he tenido me han ayudado y me han hecho crecer como jugador y como persona. Para mí el entrenador debe ser un apoyo, sobre todo cuando estamos empezando, pero indudablemente también tiene que ser exigente y tiene que tratar de sacar lo mejor de ti como jugador de fútbol. Esa combinación de apoyo y exigencia suele dar buenos resultados. En este sentido, creo que he tenido suerte y mi crecimiento como futbolista, en buena parte se ha debido a eso.

¿Quépiensas de la figura del árbitro?
El árbitro tiene un trabajo diferente al de los jugadores y los entrenadores en un partido, pero no deja de ser uno más en este juego, un deportista más. Su misión puede ser más complicada pero sus errores y sus aciertos deben ser considerados como una parte más del juego. El árbitro se equivoca pero los demás también cometemos errores. Esa idea debe calar y debemos normalizar que la equivocación es algo que nos puede afectar a todos.
¿Cómo ves y cómo, desde tu posición, crees que debe ser el papel del padre cuando los niños y las niñas empiezan a jugar?
Mi experiencia es corta pero desde lo que yo veo, está claro que el deporte, el fútbol, es para disfrutar y para que todos los que lo practiquen puedan encontrar ahí un lugar para pasarlo bien y para ir formándose poco a poco. Los padres deben ayudar sin presionar y sin interferir, sobre todo, cuando los niños son muy pequeños y están empezando. Si el niño se nota presionado no disfruta y entonces ya no es un juego.
¿Tienes formada alguna opinión sobre el gran número de partidos que deben disputar los jugadores de élite en este momento?
Ser futbolista es una profesión que requiere un enorme sacrificio, eso lo sabemos todos los que queremos llegar y los que están ya ahí. Eso exige esfuerzos importantes, está claro, pero no creo que se deba normalizar el hecho de que se juegue cada tres o cuatro días. No se trata sólo del esfuerzo físico que eso supone, también es algo de lo que hemos hablado antes, un esfuerzo que puede acabar siendo perjudicial para la salud mental de jugador. Sin estar en ese mundo de tanta exigencia creo que, evitar la acumulación de partidos, sería lo mejor para el jugador y para todos.
¿A las puertas de ser profesional qué sueños tienes?
En especial diría que no tengo ningún sueño, lo que si tengo es el deseo de que las lesiones, eso es muy importante, me respeten y me permitan alargar el sueño cumplido de jugar en un equipo como el Real Betis y que con mi trabajo y con la ayuda de técnicos y compañeros pueda seguir mejorando día a día.