Emilio Amavisca Gárate (Laredo, 1971). Amavisca será uno de los protagonistas del próximo número de Palabra de Fútbol. En una extensa entrevista de Manuel Escudero, de la que dejamos ahora un adelanto, Emilio Amavisca repasa lsu vida, desde las playas de Laredo, donde se construye el futbolista que será después, hasta sus pasos para llegar al Real Madrid y formar allí una sociedad efectiva y ganadora con Iván Zamorano. Repaso a su carrera y opiniones sobre el fútbol de hoy. Recuerdos, anécdotas…historias de fútbol que revelan la personalidad de un deportista que sigue siéndolo porque, afirma: «No concibo la vida sin hacer deporte»
¿Cómo fue la primera experiencia en un equipo profesional como el Real Valladolid?
El siguiente año al que yo llego al Valladolid Promesas llega Maturana al primer equipo. Tengo una frase de él grabada a fuego en mi cabeza, porque lo que hizo sin querer fue darme más fuerza en mi camino. Me dijo que yo no iba a ser futbolista. No me conocía de nada y me dijo eso. Luego, cuando he ido dando pasos en mi carrera he pensado: «Pues menos mal que no iba ser futbolista. Este acertó que te cagas». [Risas]
Ese año yo fui cedido al Lleida CF y mi rendimiento fue muy bueno llegando a ir a la Olimpiada que ganamos en Barcelona. Y cada vez que en el marcador de Zorrilla anunciaban un gol de Amavisca para el LLeida la gente pitaba más a Maturana que terminó bajando al equipo.
El capitán de su Real Madrid era Sanchís. Toda una institución en el club.
Sanchís, dieciocho años en el primer equipo del Real Madrid…eso ya es muy difícil, prácticamente imposible, que vuelva a pasar con otro jugador. Recuerdo una anécdota con él en el vestuario. Yo estaba muy cortado esos primeros días en un vestuario con jugadores que eran ya consagrados a nivel mundial, estaba con la mirada gacha y de repente veo que se acerca hacia mí. «Soy Manolo Sanchís» y le digo: » Gracias por presentarte, no te había conocido, sólo te llevo siguiendo quince años en el Madrid» [Risas]. Me preguntó si me gustaba la cerveza y me quedé sin saber qué responder.»Sí, sólo bebo cerveza», y me contestó: «Tú vas a triunfar en el Real Madrid».

Aquella mítica celebración hincando rodilla y señalando con el dedo en movimiento al cielo se hizo muy popular.
Se trataba de una dedicatoria a Fredy. Fredy era junto con mi hermano Javier uno de mis mejores amigos. Le decíamos de forma cariñosa Fredato Cúprico, en una analogía con las clases de química de aquellos años de BUP. Le queríamos mucho y siempre fue un amigo muy fiel. Murió en un accidente al caer de un andamio. Yo estaba ya jugando en Valladolid y mi hermano estaba estudiando Económicas allí. Me veo ahora mismo en el tren volviendo de Valladolid a Santander al enterarnos de la noticia. Los dos llorando en esas horas de trayecto.
Yo quería que sus padres supieran que me acordaba de él. No sabía qué hacer, pero sólo quería eso. Y a día de hoy, que han pasado tantos años, me sigo acordando de él y me emociono. Así surgió la celebración.
La entrevista, que podrán leer completa muy pronto, contiene datos y opiniones que sirven para hacer un retrato fiel de este deportista que sigue encontrado la felicidad haciendo lo que más le gusta. Emilio Amavisca se abre y nos deja conocer, a través del fútbol, su forma de ver y entender la vida.