Entrevista a Anquela

Juan Antonio Albacete Anquela “Anquela” (Linares, 1957).  Anquela vive el fútbol para adentro y cuando se proyecta al exterior es como si se produjera una explosión. No deja indiferente a nadie. Lo vive con intensidad. Siente por el fútbol una pasión casi religiosa. Es su forma de expresar  respeto por el oficio que ha elegido aunque, quizás, Anquela no eligió al fútbol, fue el fútbol el que lo eligió a él.

Jugó  en el Real Jaén y en el Linares. Albacete Balompié y Córdoba también tuvieron al Anquela futbolista.  Llegó a Primera División por la puerta que le ofreció el Elche y acabó en los banquillos por vocación pero de alguna forma, contraviniendo su hoja de ruta. Jugadores, equipos y el fútbol se hubieran perdido algo valioso si Anquela  hubiera decidido quedarse en casa. Ha entrenado a Real Jaén, Huesca, Melilla, Águilas, Alcorcón, Granada, Numancia, Oviedo y Deportivo.  Ascendió con el Alcorcón de Segunda B a Segunda y allí dejó una marca que no se va a borrar nunca. Es autor de un betseller titulado “El  Alcorconazo”.

¿Hay alguna cosa que todavía le resulte difícil de sobrellevar, por la forma vida a la que le obliga su profesión?

Para mí lo más difícil de llevar es la separación de la familia. Estar lejos de los míos es algo que llevo mal porque soy una persona muy familiar. Por eso cada minuto que puedo pasar con mi familia lo disfruto mucho.

¿Hasta qué punto es cierto que el entrenador ha perdido mucha fuerza en el entramando general del fútbol?

 Ha perdido mucha fuerza en todo. Antes el entrenador elegía y hacía su equipo. Luego llegó el director deportivo y ya cambiaron las cosas y ahora te dicen “esto es lo que hay y procura ganar”. Eso tiene ya poco arreglo. Esa batalla está perdida. En España, salvo Simeone, que dice lo que quiere  hay  muy pocos entrenadores que lo puedan hacer…creo yo. Ojalá me equivocara y hubiera muchos más los que pudieran elegir.

¿Zidane tiene flor?

 La flor de Zidane se llama Florentino Pérez. En una entrevista me preguntaron que a qué jugador del Real Madrid ficharía para mi equipo y yo dije: A Florentino Pérez. El Madrid, lo mies por donde  lo mires, solo tiene internacionales. Campeones del Mundo, Campeones de Europa. Un equipazo y luego hay que saber manejar eso, que no es fácil. El Real Madrid lo maneja un entrenador que ha sido mejor futbolista que muchos y que eso saben que ha sido una gran futbolista. Zidane no tiene flor, tiene futbolistas y mucha capacidad para gestionar ese vestuario. Mira las alineaciones del Madrid. Hay muchos cambios pero en los partidos importantes, cuando se juega las habichuelas, siempre son los mismos.

¿Usted cesó a Pelegrini?

¿Yo?  Lo cesó mi ídolo, Florentino Pérez. Me lo han preguntado muchas veces. La verdad es que la noche del Santiago Bernabéu lo pasé mal por él. Cuando vi que la gente se le echaba encima no fue agradable. Todo se enfocó al entrenador, como suele ocurrir en todos sitios y en éste caso no iba aser diferente. Me dio mucha lástima.

¿Cómo fue el Alcorconazo?

Curiosamente aquello pasó porque el presidente del Águilas no cumplió su palabra de renovarme. Me quedé  sin equipo y el Alcorcón me llamó. Allí me encontré con el mejor presidente que he tenido y con una gran persona. Hicimos un buen trabajo. El primer año cumplimos el objetivo de salvar al equipo y a partir de ahí el ascenso a Segunda A. Después, recién llegados a Segunda casi alcanzamos la Liguilla. Luego la jugamos dos años seguidos. El primero nos eliminó el Eibar, porque tenía un buen equipo y porque nosotros llegamos muy tiesos. El siguiente lo perdimos en la final con el Valladolid, pero estuvimos ahí…muy cerca.

¿Y el Alcorconazo?

Eso fue algo grande. Creo que irrepetible. Un equipo de Segunda B, a doble partido con el Real Madrid y el segundo en su casa. Se va a dar pocas veces. Yo tenía un equipo muy maduro. Sabíamos que esa eliminatoria era para disfrutarla. La mañana del primer partido  me dije ¿Qué les voy a decir yo a mis jugadores? ¿Les voy a hablar de los jugadores del Madrid? si yo veo a Raúl y me tengo que poner firme. Todo fue muy especial, desde el ambiente, pasando por los 200 periodistas de todo el mundo en el entrenamiento matinal, hasta el resultado. No di charla previa, les canté una canción de Serrat: “Hoy puede ser un gran día”. También les conté el cuento de Cenicienta. Les dije que a las doce nos quedaríamos sin baile, sin carroza y sin sueños pero que si el “Príncipe” se descuidaba nos íbamos a dar un arrimón de mil pares de narices. Para hacer lo que hicimos, tuvimos que tener suerte pero, cuidado,  solo con suerte no  le metes cuatro goles al Real Madrid.

Granada, Oviedo…el Depor…

A Granada tenía que ir. El Alcorcón era mi casa pero a Granada tenía que ir porque mi deseo era entrenar en Primera División. Luego las cosas se dieron como se dieron. Al Depor, pese a que el panorama era complicado, fui porque el Deportivo es un histórico y no se le puede decir que no. Sin embargo reconozco que con el Oviedo se me quedó una espina clavada. Yo tenía el sueño de ascender con el Oviedo por la ciudad, por la afición y por el club. No pudo ser y me duele especialmente.

¿Qué debe hacer un entrenador para ganarse el respeto del futbolista?

Ser claro. El fútbol es como la vida misma. Tienes que ir de cara. Al futbolista lo tienes que convencer de que debe seguir haciendo todo lo que ha hecho para llegar a donde está. Tienes que exigirle y no lo puedes engañar, nunca.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí