Ha comenzado la Liga. Se han jugado dos partidos y las cábalas, los pronósticos y las críticas ya circulan, todo fluye. Hay poco material para establecer marcos fiables pero la competición necesita el aliño de los «piscinazos» al segundo partido. Lo que pasa sobre el campo, lo objetivo, no es lo mismo si no se sazona con algunos comentarios de calado. Da igual si hay o no fundamento, lo importante es participar. Mbappè no marca, para regocijo de los que le auguran un mal futuro: No es para tanto, dicen. El FC Barcelona de los «infantes» saca pecho con el «padre» Lewandowsky apuntalando el comienzo de Hansi Flick y Atlético de Madrid es la estrella del mercado. Se ha venido arriba y ejerce de pundiente entre los pudientes. Ojalá «el pueblo» tuviera el mismo poderio que su equipo. Cuatro años sin ganar y el último, firmando un descalabro que pudo dejarlo sin Champions. Era obligado desempolvar la cartera y salir sin complejos a un mercado al que, hasta ahora, iban cautelosos y con pocos cohetes como aquel de Joao Félix, pero no mentemos a la bicha.

Todo está preparado y rodando, ahora sólo queda esperar y ver lo qué deciden la pelota y sus principales socios. Para ser medianamente coherente, voy a usar las herramientas que me dan las estadísticas y el histórico de la competición, para hacer un previsión, eso sí, muy conservadora en lo que a riesgo se refiere: El Real Madrid encontrará la fluidez que le falta y estará al nivel de lo que tiene en el campo y en el banquillo y el FC Barcelona, en el campo, hará olvidar la enfermiza salud de hierro que tiene en lo económico, son dos certezas. Madridistas y culés son favoritos siempre, eso no cambia. Mi duda es, ¿Qué hará Simeone con este equipo que acaba de estrenar?. Tiene jugadores para discutir los partidos a cualquiera, en España y en Europa. Estamos, por sorpresa, ante la Liga del Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone.

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