Ana Belen Jurado entrenando

Hay mujeres que nos reconocemos sin habernos visto antes, intuimos una corriente secreta que nos une, una mirada, un gesto, algo que siempre nos delata.

“Le debo mucho a Paco Badillo. Además de aportarme confianza y enseñarme mucho, me introduce en el mundo de los entrenadores. Siempre tengo presentes sus enseñanzas”

El eje común es la lucha, sobre todo en espacios donde no es fácil sobrevivir, copados tradicionalmente por hombres, espacios donde nadie nos ha invitado pero que nos negamos a abandonar aunque nunca nos hayan querido incluir. Uno de ellos es el mundo del fútbol, donde solo una minoría de mujeres trabajamos, de hecho en el ámbito provincial apenas se nos cuenta con los dedos de una mano, pero si hay alguien se ha ganado un espacio propio y destacado, por trabajo, por capacidad, profesionalidad y por pasión, es sin duda ella, Ana Belén Jurado.

Empezó jugando en la calle, donde nace la auténtica pasión por el fútbol, sus amigos siempre querían contar con ella para jugar, jamás encontró ningún rechazo, todo lo contrario, siempre la querían en su equipo, aún a día de hoy destaca el respeto que ha recibido y recibe de todos los compañeros del mundo del fútbol, también destaca las buenas amistades que ha fraguado. Eran los padres quienes le lanzaban miradas de reproche y algún insulto como “marimacho” o la eterna pregunta que alguna vez nos han hecho a todas: ¿pero tú que haces en un juego de niños? Pero esto nunca le ha robado la ilusión, por mucha mirada indiscreta y comentarios que recibiera desde los balcones, y de aquella época destaca a una de las referentes que tuvo, Eva López, vecina y tan pelotera como ella.

“Ha habido mucho intrusismo en los banquillos de fútbol. Ha día de hoy es raro encontrar un caso. Se forma a niños y hay cosas que, si no se hacen bien, pueden marcarles para toda la vida”

Del fútbol de calle y plazoleta, pasa al albero, de ahí al verde como jugadora. También ha sido entrenadora y responsable de la selección andaluza en varias etapas y categorías, donde ha cosechado grandes experiencias y, hay que decirlo, muchos éxitos, todo ello con el apoyo incondicional siempre de sus padres. Además durante muchos años fue la coordinadora del Atlético de Jaén, tarea que deja por cumplir uno de sus sueños más grandes, el de ser madre. Y hoy es la máxima responsable del Comité de Entrenadores de Jaén y Gerente del Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Jaén.

Cuando se le pregunta por el nombre de la persona que más le ha marcado en su trayectoria en este mundo del fútbol, no lo duda ni un segundo, Paco Badillo, quien saca su mejor versión como jugadora y, lo más importante, es un referente para el resto de su trayectoria profesional y su vida, “además de aportarme confianza y enseñarme mucho, me introduce en el mundo de los entrenadores, animándome a formarme para ello, aún lo tengo muy presente en muchos aspectos de mi vida que van más allá del fútbol”, y así lo hace, se forma como entrenadora, siendo la única mujer con el Nivel 3-UEFA-PRO en la provincia de Jaén.

Es consciente de la desigualdad de género que existe en el mundo del fútbol, eso desde pequeña le producía mucha rabia, pero como dijo el Dalai Lama: toda resistencia exterior nos ayuda a generar algo más grande, porque nos reta a conocer cuál es nuestra verdadera fuerza. Eso es lo que Ana Belén hace, en esa lucha construye un proyecto de vida vinculado al fútbol que va mucho más allá de ser una jugadora, lucha para combatir la desigualdad que existe, la rabia convertida en un compromiso de vida, en un martillo que no destruye sino que construye un camino a seguir.

Ana Belén Jurado de niña

Cuando asume la dirección del Comité Provincial de Entrenadores, no lo hace para estar en el sillón, sino que se marca retos a conseguir: conseguir que el fútbol dé un salto de calidad y transformarlo en un deporte al máximo nivel. Para ello desarrolla fundamentalmente dos líneas prioritarias de trabajo, la primera eliminar el intrusismo: “Había mucho intruso en los banquillos, hoy en día prácticamente no existen personas que se sienten que no estén tituladas y formadas para desarrollar su trabajo, porque se trabaja con menores, y la experiencia que tengan en el deporte marcaran el resto de sus vidas”; y en este sentido la segunda línea de trabajo que se ha marcado es ampliar y dar contenido a la oferta formativa para mejorar la capacitación de los entrenadores, diseñando y proponiendo una gran oferta, diversificando y ayudando a la actualización de los profesionales para conseguir que la provincia de Jaén tenga a los mejores.

Si algo he aprendido de ella, es a seguir y a resistir. Muchas veces le he confesado que tiraba la toalla, hay que reconocer que el mundo del fútbol también acumula mucha vanidad, sinsabores, trabajo y esfuerzo sin reconocer, pero ella siempre ha sido implacable conmigo: “Desirée, no te puedes ir, tenemos que seguir estando aquí”. Esto me lleva a la última reflexión que compartimos sobre qué aportamos las mujeres al mundo del fútbol, pregunta difícil de responder y quizás para ello os necesitamos a vosotros, compañeros, vuestra opinión. Como arranque de la reflexión os dejo su respuesta a esta pregunta: ¿qué crees tú que es lo más importante y lo más grande para ti de todo lo que has hecho y conseguido en la vida? No lo dudó: “Sin duda ser madre”.

Y así me responde a cuál creo yo que es el valor añadido que aportamos las mujeres al mundo del fútbol, que es básicamente la función de nutrir. Hay líderes que nutren a las personas y a los equipos en los que están y líderes que se nutren de las personas y de sus equipos, esa es la gran diferencia, las mujeres pertenecemos a la primera categoría y eso lo traemos de fábrica.

Decía Saint- Exupéry que quizás la grandeza de un oficio consista, más que nada, en unir a las personas. Es cierto, sólo existe un lujo verdadero, el de las relaciones humanas, y de eso esta gran mujer sabe mucho.

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