David Aganzo Méndez nació en Leganés, Madrid, en enero de 1981. David mira cada mañana desde su despacho en la Gran Vía deMadrid, un paisaje que limita al norte con las nubes y al sur con un mar sereno de tejados que se pierden en el horizonte. Es como el recordatorio permanente de que en el mundo del fútbol entre el cielo y los enredos terrenales sólo hay un paso.

Aganzo es jugador de fútbol, ganó una Champions con el Real Madrid en el año 2000 y es Campeón del Mundo con la Selección Sub-20. Tras salir del conjunto blanco jugó en muchos equipos de la liga española y conoció las ligas de Grecia e Israel. Superado el tiempo para el ejercicio de su profesión, se ha convertido en un alto ejecutivo que sigue llevando el fútbol en el corazón y ahora también entre los papeles de cada día. Está, en su condición de presidente de AFE Y FIFPRO, en el lugar de los futbolistas. Desde que debutó en el Real Madrid CF con 18 años, hasta que un día en el Anxo Carro, estadio del CD Lugo, entendió que su momento sobre el campo había terminado, sin saberlo se estaba preparando para lo que hace ahora.

Esta mañana, frente a nosotros, hay un hombre relajado, amable y dispuesto a responder a todo. En la sede de AFE reina un ambiente de trabajo agradable. Diego Rivas y Geni cambian impresiones con Aganzo y se citan para después de la entrevista. Fernando Zambrano, historia viva del fútbol español, también está en AFE y su presencia da al ambiente un tono sereno de cordialidad, un lujo. Todo fluye.
David cierra la puerta de su despacho y nos disponemos a empezar la charla. Me pregunto si después de tanto tiempo de zozobra, por los acosos, las trampas y las traiciones, le habrá quedado la marca de la desconfianza. Seguro que lo vivido le hace estar en alerta máxima, pero da la sensación de que no ha perdido su fe en las personas.

Se amplían los partidos, se crean competiciones, aumenta el volumen de las citas de Selecciones y da la impresión de que el futbolista es sólo el sujeto paciente…

Totalmente. Por desgracia da la impresión de que nos hemos acostumbrado a que esto sea así. Llevo mucho tiempo denunciando el calendario internacional. Hay un grupo de jugadores de élite, futbolistas de los clubes más importantes de Europa, que juegan por encima de los setenta partidos. Crecen los partidos, quizás en un porcentaje relativamente pequeño, pero que puede ser muy peligroso. Recordamos el caso de Pedri que hizo Liga, Champions, Eurocopa, JJOO y que se lesionó. Este compañero superó los setenta partidos con 18 años. Tampoco ha tenido suerte en esta Eurocopa, felizmente ya está jugando. No queremos esto para nuestros jugadores. Queremos una competición en la que cuando vaya con mi hija a cualquier estadio veamos a jugadores frescos, que no vengan reventados de viajes continuos, con descansos estrictos y al límite. Los viajes, aunque sean en primea clase, son muy duros para el jugador.

Creemos que para mejorar el fútbol se tienen que terminar las decisiones unilaterales. Tenemos que estar en la toma de decisiones. El nuevo Mundial, el Mundial de clubes, la Champions ampliada…si queremos defender a los futbolistas tenemos que estar en contra de las decisiones unilaterales sean de UEFA, de FIFA o de quién sean. Los futbolistas a ese nivel ganan mucho dinero, es cierto, pero también es cierto y eso se olvida, que son personas y tienen un límite. Hay que tener más en cuenta el lado humano. Hay que proteger al jugador y para eso es imprescindible que los futbolistas estén en la toma de decisiones. Muchas veces nos quedamos en el tema económico pero la salud, para nosotros, es un tema prioritario.

¿La huelga es una posibilidad cierta?

Para mí los acuerdos siempre son mejores que las medidas que se toman por falta de entendimiento. Desde AFE, es nuestra forma de entender las relaciones, siempre abogamos por acuerdos ventajosos para el fútbol en general y para los jugadores y jugadoras de forma concreta. Nos equivocamos si sólo hablamos de dinero. AFE, en todo momento, ha esgrimido la salud de los profesionales como argumento fundamental. La huelga es un derecho y está ahí para poder usarla en la resolución de conflictos pero, insisto, se trata de alcanzar un acuerdo en el que los jugadores, a través de su representación sindical, sean parte de las decisiones que van a afectar directamente a su trabajo y a su salud de ahora y del futuro. No se trata sólo, de que el futbolista pueda jugar hoy o la semana que viene, se trata de que pueda vivir sin problemas cuando deje el fútbol. Para eso hay que racionalizar las competiciones y en esa solución, repito, deben estar los futbolistas.

¿Dónde está AFE con respeto a la Superliga?

Creo que nos ha faltado información. No se explicó bien o no se explicó suficientemente. Los futbolistas queremos jugar y necesitamos saber todo de cada competición. AFE defiende a los trabajadores y nos importa la parte laboral. Lo que ha pasado es que aquí hay muchos intereses y cada uno va en contra del que supone que viene a pisar los suyos. Si queremos crear un fútbol más moderno y atractivo, se debe mirar menos hacia los intereses propios y favorecer mejoras que ayuden a perfeccionar de verdad el fútbol.

La Real Federación Española de Fútbol y el lío de nunca acabar…

Esta Federación fue diseñada para ser lo que tenemos actualmente. Hace falta limpiarla. No es normal que los presidentes de las territoriales tengan tanto poder. Hay que rediseñar y hacer todo de una forma más democrática. Está claro que el modelo actual está superado y que no funciona. El fútbol español es uno de los más potentes de Europa y se está proyectando una mala imagen.

Hemos conseguido hace nada un campeonato del Mundo femenino, un Europeo Sub-17 femenino, la Eurocopa, el Oro Olímpico y no se disfruta como se debiera. Las compañeras, ganando un Mundial, no recibieron en su momento el reconocimiento que merecían después de un logro histórico. El perjuicio que se le hace a España es grandísimo. En los últimos años se ha destrozado la imagen de nuestro país. He viajado como presidente de FIFPRO y todo el mundo me preguntaba ¿Qué está pasando en España?

¿Es deseable que el futbolista se manifieste políticamente?

Carlo Ancelotti dice que antes que futbolistas, los jugadores son personas y en eso le doy toda la razón al míster. Se trata de personas que viven, piensan y se manifiestan como consideran oportuno. Limitar el derecho de expresión por ser jugador de fútbol no tiene sentido. La profesión va por un lado y la persona va por otro.

¿Le sorprendió la sanción a Morata y a Rodri, por sus cánticos en las celebraciones de la Eurocopa?

La libertad de expresión es un derecho constitucional que debe ejercerse sin censuras de ningún tipo. AFE siempre ha denunciado, cómo hemos hecho en los casos de Álvaro Morata y Rodrigo Hernández tras ser sancionados por UEFA, que la libertad de expresión de un trabajador o de una trabajadora jamás debe ser castigada, siempre que no se caiga en una falta de respeto grave o en un insulto, y no es el caso. Lo que debería hacer UEFA es cuidar más a los futbolistas, limitando los calendarios y no añadiendo más partidos. Ha habido casos precedentes en los que no se ha actuado así y creo que, en este no hay materia para que sean sancionados.

¿En lo personal, después de lo vivido desde que llegó a AFE cree que ha merecido la pena?

Es una pregunta que me he hecho muchas veces. Lo he hablado con mi
familia. Sobre todo, con mi padre. A él le tengo solo desde que murió mi madre y esto le afectó mucho pero también a mi hermana, que vive fuera, y a mi mujer. Tenemos una cría de ocho meses. La familia acaba soportando la dureza de una situación así y no es justo.

Llegué a AFE entrando en la Junta Directiva de Luis Rubiales, jamás pensé en ser presidente de nada, pero llegado el momento, me lo propuso y tomé la decisión de seguir adelante porque, fundamentalmente, me daba la oportunidad de ayudar a compañeros y compañeras. Después de siete años, pese a todo, creo que ha merecido la pena, aunque atravesé situaciones muy crudas porque no sólo fueron ataques a AFE, también muy directos hacia mí.

Dicen que el tiempo da y quita razones, pero yo pienso que el tiempo entre la política y la justicia no es el que debería y por desgracia hay personas que, siendo inocentes, son juzgadas a nivel público y tienen que aguantar hasta que, con los años queda claro que son absolutamente inocentes. Insisto, mi familia me ha preguntado muchas veces si merecía la pena y siempre les he dicho que me gustaba lo que hacía y que poder ayudar a personas que en un momento de su carrera necesita una mano, es muy importante para mí.

AFE ha cambiado mucho. Hemos pasado de 7000 a 15.000 afiliados y afiliadas. Creo que merece mucho la pena el trabajo que realizamos. Cuando llegué conocía muy poco, pero personas como Villar, Camacho, Asensi o González Movilla me decían que lo importante era estar y estar siempre y que con el tiempo iría conociendo el terreno. Ha sido así, dedico muchísimo tiempo al sindicato y eso va en detrimento de mi vida familiar pero también reconozco que el esfuerzo ha dado sus frutos y esa es otra forma de recompensa.

¿En qué momento fue consciente de que se terminaba el jugador y que aparecía un gestor para quedarse?

Cuando terminé en el CD Lugo comprendí que el jugador había desaparecido. Despiertas una mañana del mes de julio y no puedes ir a entrenar porque ya no estás en un equipo. Comprendes que, por ejemplo, en mi caso la rodilla no daba para más y sólo cabía la retirada. Yo me concedí unos seis meses para replantearlo todo. En ese tiempo, además, murió mi madre y me di cuenta realmente de que ya no era futbolista y de que tenía que estar con los dos pies en el suelo. Siempre se dice que el futbolista, porque gana mucho dinero, no está pegado al suelo. En mi caso siempre he procurado estar muy cerca de mi gente para no despegar de la realidad y no irme muy arriba. Debuté en el Real Madrid con 18 años, he ganado una Copa de Europa, he sido Campeón del Mundo con la Selección Sub-20 y he tenido una carrera larga y creo que digna. A veces escuchas que podía haber sido algo más pero mi vida y mi carrera, están ahí y me siento orgulloso del tiempo que he sido capaz de aguantar y soportar el sufrimiento de unas lesiones que me lastraron mucho.

Esa mañana de julio de la que te hablo, fue uno de los momentos en los fui consciente de que terminaba como jugador de fútbol y otro, una charla en Desayunos Deportivos Europa Press con Vicente del Bosque, que fue el que me hizo debutar en el Real Madrid y que en esa ocasión también fue mi padrino en la presentación de la nueva AFE.

Ahí me di cuenta de que ya estaba en otra realidad muy diferente. Llevaba menos de un año en AFE y ya era consciente de que los futbolistas tienen mucha fuerza pero que en contra tenía a la Federación con Luis Rubiales y toda su maquinaria. Nosotros, siendo importantes, no teníamos la capacidad de comunicación de la RFEF. Ahí vi con nitidez que estábamos entre dos frentes muy poderosos, la Federación con Luis Rubiales y entonces también La Liga con Javier Tebas. Comprendí que mi tiempo de jugador ya se había terminado y que en ese momento estaba nadando entre tiburones. Debía entrar a fondo, controlar todo y crecer muy rápido para estar a la altura y creo que lo conseguí. Hoy AFE vive un momento mucho más tranquilo, de mucha actividad, pero más tranquilo.

¿En el fútbol hay más política de lo que pensaba?

Pensaba que la política no estaba tan dentro del mundo del fútbol y la política está muy metida en el mundo del fútbol, demasiado. Hay muchos intereses que no son deportivos, que van más allá y eso lo he sufrido yo en primera persona. A mí me han hecho pasar por situaciones increíbles. Me han puesto detectives para ver con quién me reúno. No entiendo cómo a un presidente de AFE le tienen que hacer esos seguimientos. Situaciones de película de terror que no entran en mi mente. Yo sería incapaz hacer algo así, más si pienso que vienen de personas con las que yo, por mi cargo, tengo que tratar y con las que tengo que negociar.

Me encontré con una Federación que iba directamente a por la Asociación de Futbolistas Españoles y a por la cabeza de David Aganzo. Al final, como en las películas, ganan los buenos y creo que hemos ganado los buenos. Hemos tenido que soportar barbaridades. Los fundadores de AFE tuvieron que luchar mucho y pasaron por momentos difíciles pero lo que hemos pasado nosotros ha sido muy violento. Aquel intento de quebrar la Asociación después de más de 40 años fue algo muy duro. Ahora ha salido la verdad a la luz y todo está más tranquilo, pero en este mundo cuando el agua está en calma puede venir el tsunami. Ojalá la Federación y La Liga colaboren y no se enfrenten como han hecho hasta ahora. Mi objetivo es proteger a mis futbolistas y la mejor forma es tener un buen convenio con La Liga y buenos acuerdos con la Federación, por eso huyo de los enfrentamientos y de las posturas radicales.

¿Costó mucho resistir que Liga y Federación no lograran someter al sindicato para controlarlo?

Se trababa de anular al sindicato. La guerra de Rubiales y Tebas nos afectaba porque no íbamos ni con unos ni con otros. Defendimos nuestra independencia y a ellos eso no les gustaba. Era un ataque con esa máxima tan nociva: “O conmigo o contra mí”. Nosotros no podíamos ir ni con unos ni con otros. Con La Liga tenía que hacer convenios colectivos y con la Federación tenía que defender a los compañeros que estaban en Primera y Segunda Federación y a las compañeras que han sido campeonas del Mundo, por ejemplo, y que no tenían ni convenio ni la condición de profesionales. Ahora el fútbol femenino ya es otra cosa, se han conseguido muchísimos avances. Para mí hubiera sido más fácil haberme ido o con Tebas o con Rubiales y haber hecho la pinza, pero la única y la mejor defensa que tienen los jugadores es la independencia y esa posición es la que hemos consolidado.

El arbitraje ha tenido tradicionalmente pocos apoyos y ahora, por si hacía falta algo más, aparece el caso Negreira…

Creo que el caso Negreira, ayudar no ayuda. Pienso que los árbitros no tienen nada que ver y que quiénes sean responsables deben responder y pagar. Conozco a los árbitros dentro del terreno de juego, he tenido una carrera de 16 años, los he podido comparar con sus colegas de países como Grecia o Israel donde he jugado y puedo decir que los árbitros españoles son muy buenos. Espero que también puedan ser independientes y que no tengan que soportar esa presión que les afecta siempre por ser identificados como el problema. Entiendo esas situaciones y creo que, dentro del campo, todos somos compañeros porque no podemos ser otra cosa.

¿Qué le parece que sólo el capitán pueda hablar con el árbitro?

Hay cosas que no entiendo y esta es una de ellas. Creo que, en el marco de la libertad de expresión, un compañero puede dirigirse a otro y pienso que el colegiado o el “línea”, son un compañero más dentro del campo. Todos estamos a favor de que se incorporen cosas para que fútbol mejore, pero creo que hay determinadas decisiones que nos perjudican y a esto habría que darle una vuelta. Una cosa es cómo te dirijas al árbitro y en qué términos y otra muy distinta es que no te dejen hablar con él. No admito los insultos ni las prácticas que van en contra de los valores del deporte, pero limitar la comunicación entre jugadores y árbitros en el terreno de juego no tiene sentido.

Espero que los árbitros puedan llegar a ser independientes. Para mí la palabra independencia es muy importante porque puedes tomar tus propias decisiones. Deseo que, en cualquier caso, se vaya a un marco en el que ellos estén más protegidos si cabe. No se trata de árbitros, se trata de compañeros y deben tener el respeto de todos.

¿Cómo se explica que al final de un partido hable el entrenador, el jugador y el árbitro no comparezca?

A mí me gustaría escucharlos, son personas que toman decisiones y quizás ellos mejor que nadie, nos podrían explicar la razón que los ha llevado a tomarlas. Hay demasiada gente que no entiende una decisión porque no conoce el reglamento, ellos lo pueden explicar. Insisto, el árbitro es un compañero más y puede explicar y comentar cualquier jugada.

Con respecto a esto lo que si quisiera decir es que, ya que los entrenadores y los jugadores tienen que hablar, que tampoco les perjudique. Cuando un jugador o un entrenador terminan un partido y en caliente se les acerca un micrófono pueden cometer errores, usar términos inadecuados porque no encuentran la palabra conveniente en ese momento. Eso ha llevado a sanciones de varios partidos sin poder competir, sólo por dar su opinión. Esto no lo entiendo. Si pretendemos tener una buena Liga también hay que tener en cuenta estas cosas y, desde luego, que el jugador no se vea perjudicado por dar su opinión cuando se la piden.

¿Qué opina de la “Solución Vicente del Bosque”?

Vicente del Bosque reúne todos los valores para poder rendir un gran servicio. Dentro del mundo del fútbol si tienes que decir un nombre para una situación como esta, ese nombre es Vicente del Bosque. Su trayectoria es única, jugador, entrenador, seleccionador y director de una cantera como la del Real Madrid. Esa experiencia arroja un saldo positivo en todos los sentidos. Del Bosque es fútbol y el Gobierno lo que ha intentado es proyectar a través de la imagen de Vicente los mejores valores de nuestro fútbol. Creo que esa imagen y su condición de Campeón del Mundo nos pueden ayudar mucho de cara al 2030. Ahora de lo que se trata es de que las competencias queden claras, para que puedan rendir el mejor servicio. Agradezco a Vicente el paso que ha dado porque es un gesto muy generoso en favor del fútbol español.

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