Amando Moreno es un jienense que lleva muchos años viviendo de cerca la evolución del fútbol en China. Entrenador de fútbol, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Director Deportivo. Tiene un pasado que le liga al fútbol de la provincia de Jaén. Tuvo oportunidad de trabajar con José Jesús Aybar en el Real Jaén. Desde entonces su trayectoria ha evolucionado y ha acumulado experiencias, en España y en el extranjero, que le sirven en el día a día para tener conocimientoy una visión profesional muy amplia del universo futbolístico.
“China necesita paciencia, el activo más importante, que es el jugador, siempre tendrá delimitado en el tiempo su desarrollo con independencia del ritmo de la sociedad y de los factores externos”
Llegó a China en 2015 con un proyecto de LaLiga sobre formación y fútbol base. Al año siguiente trabajó en el Área Deportiva del Shanghai Shenxin, dirigido por Juan Ignacio Martínez (JIM) con el que llegaron a semifinales de Copa China. La siguiente temporada firmó con el Chongqing Lifang, equipo entrenado por Jordi Cruyff y gestionado por Antonio Cordón y David Belenguer, para trabajar en el Área Deportiva. Dos años después, en 2019, se incorporó en Dalian Yifang con Rafa Benítez, controlando la Secretaría Técnica. En este momento sigue en China pero ha pasado una larga temporada en España trabajado en proyectos exportables al fútbol asiático.
“Ahora se está dando oportunidad a jugadores jóvenes, tanto en primera como en segunda división, con lo que se potencia su rendimiento y su valor de mercado. No sólo en España, sino en todas las grandes ligas”
Impresiones de lo que te has encontrado al volver a España en cuanto a equipos, clubes, organización y perspectiva de futuro.
A nivel organizativo he notado un mayor control económico y mejor estructura en la mayoría de clubes. Han sabido hacer frente poco a poco a la situación provocada por la pandemia meses atrás. Los acuerdos que se están haciendo entre La Liga y el fondo de inversión último, provoca nuevas y diferentes oportunidades de crecimiento en los clubes, con nuevas formas de ingresos y expansión. Crear departamentos de innovación, desarrollo digital, áreas internacionales ayudará a la expansión y unión del fútbol a nivel global. Es positivo adaptarse a los cambios que se están produciendo a nivel internacional, provocando en entrenadores y profesionales del fútbol que tengamos mayor capacidad, recorrido y oportunidades de crecimiento tanto a nivel nacional como internacional. Todo estará cada vez más conectado independientemente del lugar físico donde nos encontremos. A nivel deportivo se ha aprovechado para dar oportunidad a jugadores jóvenes, tanto en primera como en segunda división, y potenciar su rendimiento y valor de mercado. No sólo en España, sino en todas las grandes ligas. La renovación y rendimiento de la Selección Española es un ejemplo representativo.
Proyecto actual y actividad que realizas en China.
Actualmente estoy inmerso en varios proyectos de consultoría en área deportiva sobre jugadores chinos y extranjeros, tanto con empresas privadas como con clubes.
¿Qué ha cambiado en China con respecto a tu primera etapa?
La profesionalización de los equipos y clubes, estructura de la liga y organización interna en la competición. En las últimas temporadas se ha incrementado la inversión en infraestructura y recurso humano, mejorando desde el fútbol base hasta primeros equipos, aportando mayor control económico y transparencia. La limitación salarial impuesta en las últimas temporadas ha ayudado a poner el foco de atención en lo relevante. Ahora la liga china está sufriendo a nivel económico, muchas empresas propietarias de clubes están buscando nuevas formas y alternativas de financiación a corto-medio plazo. Lo que está pasando no es algo nuevo, todos sabemos que los ciclos económicos se agotan o se transforman con el desarrollo y avance de la sociedad. Sin embargo, si aplazamos la queja y aceptamos la realidad, la situación obligará a poner mayor atención y énfasis en el fútbol base y en el producto nacional, forzando de manera inherente, tanto a equipos como al jugador chino, a cambiar y reestructurar su proceso de formación y rendimiento.
¿Crees que el fútbol chino ha aprovechado el talento que le ha llegado de fuera?
Sí, si lo miramos con la perspectiva del largo plazo. Se ha ganado en conocimiento útil y práctico que reforzará las estructuras y sistemas que ya venían desarrollándose en años anteriores. Pero se necesita paciencia, el activo más importante, que es el jugador, siempre tendrá delimitado en el tiempo su desarrollo con independencia del ritmo de la sociedad y de los factores externos.
¿Es difícil una colaboración sin recelos entre el Director Deportivo y el Entrenador?
Depende de la estructura y situación de cada club. En mi caso, siempre he visto buena sincronía entre ambos perfiles. De hecho, en China, habría que añadir una tercera figura en la interacción, la del General Manager. Siempre se da una simbiosis entre la parte china y extranjera a la hora de tomar decisiones. También hay que dejar claro, como en todos los clubes, que el rendimiento y los resultados condicionan las relaciones profesionales, si todo va bien a nivel deportivo, las relaciones se consolidan más rápido y hay mayor calidad en el proceso de decisión.
¿Queda mucho para que China exporte jugadores que sean líderes en las grandes Ligas?
Creo que pronto empezarán a verse situaciones nuevas como ha pasado con jugadores de Corea del Sur y Japón. Los jugadores chinos jóvenes tienen mejor aprendizaje y recorrido, tanto a nivel nacional como internacional, que generaciones anteriores. El proceso ha ganado valor, mejores entrenadores, mejor formación, mayor calidad en el entrenamiento y competiciones más exigentes. Los jugadores jóvenes están más conectados con la globalización, y eso provoca que tanto su aprendizaje como adaptación, se haya visto incrementada y mejorada en el corto plazo. Necesitan encontrar la confianza de escenarios y equipos que les permitan jugar y mostrar su valor, algo que pronto empezará a verse.
Todo lo anterior puede verse comprometido porque la reaparición del “factor covid” amenaza con campos cerrados y restricciones severas.
Como medida de seguridad ante la posible propagación del virus, surge de
nuevo la opción de jugar en burbuja, con todos los equipos concentrados en un mismo lugar, compartiendo misma instalación para entrenar y para jugar los partidos. Esto generará una alteración negativa en el descanso y esfuerzo en los jugadores, sobre todo a nivel emocional, provocando una disminución en el rendimiento global de la competición a medio y largo plazo.
Por otro lado, la evolución en el desarrollo del fútbol base también se verá condicionada al no haber tampoco competición, reduciendo su función a concentraciones específicas para torneos, mientras el resto del año tan solo entrenan en sus instalaciones.